En un nuevo paso para erradicar abusos intolerables de menores, el papa Francisco ha endurecido las penas, las ha extendido a laicos que trabajan en actividades pastorales y ha limitado el margen de tolerancia de los obispos y superiores religiosos, según la reforma del Código de Derecho Canónico anunciada este martes en el Vaticano. También se amplían los periodos de prescripción.
Por ABC
En su constitución apostólica “Apacentad la grey de Dios”, firmada el pasado 23 de mayo, domingo de Pentecostés, el Papa afirma que “resultaba evidente la necesidad de revisar también la disciplina penal promulgada por San Juan Pablo II, el 25 de enero de 1983, con el Código de Derecho Canónico”, agilizándola y endureciéndola “a fin de prevenir males mayores y de sanar las heridas causadas por la debilidad humana”.
En un documento legal de primera magnitud, el Santo Padre reconoce que “muchos han sido los daños que ocasionó en el pasado” el miedo a sancionar, pues “conlleva -la experiencia lo enseña- el riesgo de temporizar con comportamientos contrarios a la disciplina, para los cuales el remedio no puede venir únicamente de exhortaciones o sugerencias”.
Según Francisco, la falta de energía a la hora de castigar los abusos de menores cometidos por sacerdotes y religiosos, “lleva frecuentemente consigo el riesgo de que, con el transcurso del tiempo, tales modos de vida cristalicen haciendo más difícil la corrección, y agravando en muchos casos el escándalo y la confusión entre los fieles”. En definitiva, lo que ha sucedió en los últimos 40 años.
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