En un mercado inestable es muy difícil predecir el momento adecuado para comprar y vender. No obstante, los inversionistas pueden protegerse moviendo la mayor parte de sus recursos a oro, depósitos pero con intereses muy bajos, notas del Tesoro de EE. UU., derivados financieros o principalmente diversificando de manera que las pérdidas sean compensadas con las ganancias del portafolio. Durante este periodo, los inversionistas que optaron por la posición de un portafolio diversificado en el mercado de acciones lograron retornos mayores a los que prefirieron tener una posición completamente segura y compraron notas del tesoro o depósitos a plazo.
La lección importante del mercado financiero para un político o un gobernante es que la teoría del portafolio y el valor de la diversificación funciona no solo en el sector financiero sino en el manejo de proyectos de todo tipo y en el diseño de las políticas públicas. Una de las mayores diferencias entre líderes autoritarios y democráticos es que los primeros se concentran en ciertas áreas o proyectos que consideran prioritarios por su visión personal o sus deseos de ser reelegidos indefinidamente y al alcanzar ciertos logros, creen que esa es la fórmula de triunfo y mantienen su posición unilateral que los lleva a su ruina.
Durante la segunda guerra mundial, Hitler ganó batallas en varios países europeos como Francia, Austria, y Polonia. Sin embargo, su ambición por conquistar todo Europa lo llevo a atacar a Rusia que implicó no solo un gran desgaste del agotado ejército alemán sino el uso de su flota aérea para llevar las provisiones a regiones remotas e inhóspitas. La ausencia de la defensa aérea alemana le permitió a la Fuerza Real Aérea inglesa atacar a un Berlín desprotegido lo que llevó finalmente a la caída de Hitler. De igual manera, Julio Cesar en un momento de gloria del imperio romano se cegó por el poder y se quiso transformar en un Dios-emperador. Al anunciar nuevas campañas militares, Cassius y Brutus lideraron una revuelta del Senado Romano que terminó con su vida y sumió a la República romana en una gran crisis.
En Latinoamérica, los líderes autoritarios del socialismo del Siglo XXI han cometido el mismo error de concentrarse solamente en ciertos aspectos importantes para ellos a detrimento del bienestar de la mayoría de la población. El triunfo temporal que pueden lograr les hace creer que son los llamados a cambiar la sociedad según su visión mesiánica. Correa y Chávez, seguido por Maduro, en el caso de Ecuador y Venezuela respectivamente, malgastaron los ingresos extraordinarios que les representó el aumento de los precios del petróleo durante los años 2002-08 en subsidios para ganar votos, en obras de infraestructura faraónicas que en la mayoría de los casos no se terminaron y en un gasto público exorbitante que originó un significativo aumento de la deuda externa y de la corrupción. En cambio, los lideres democráticos buscan no solo el logro de un consenso en sus políticas, sino que al tener que atender a diversos sectores sociales aplican la teoría de diversificación de portafolio a nivel de políticas públicas. Si bien los subsidios son importantes para una población extremadamente vulnerable, no son los únicos métodos para sobrellevar una crisis social y económica. Un ejemplo muy particular es como Noruega ha canalizado una parte importante de sus ingresos petroleros en su Fondo Soberano el cual ha sido manejado siguiendo los principios de diversificación de portafolio. Esto le ha permitido convertirse en el mayor fondo soberano del mundo, ofreciendo una gran estabilidad a Noruega y asegurando un colchón financiero para la mayoría de la población. Considerando que su valor supera los $1,275 millones, a cada ciudadano noruego le corresponde cerca de $240,000.
En el caso de Venezuela, la oposición también puede utilizar la teoría del portafolio a varios niveles. El primero es para encontrar una solución a la actual crisis política. Algunos líderes de la oposición quieren una solución única como una intervención militar americana que en las circunstancias actuales es completamente irrealista y descartan cualquier otra alternativa que coadyuve al cambio como una solución negociada, elecciones o el referéndum revocatorio. Es posible que la salida a la crisis se logre por la combinación de varias iniciativas, por ello en lugar de apuntar a una solución única, es importante explorar simultáneamente varias alternativas. En el mercado financiero es difícil saber cuál va a ser el futuro Amazon, Facebook o Alphabet (Google). Los mejores inversionistas seleccionan varias compañías con buenos prospectos, pero difícilmente invierten todo su dinero en una sola compañía nueva, aunque tenga un gran potencial.
La segunda aplicación es la creación de un Fondo Soberano en exilio similar al Fondo Soberano de Noruega usando los recursos que se logren recuperar del oro o las cuentas venezolanas en el exterior a las que el régimen de Maduro no puede acceder. En lugar de utilizar estos recursos directamente para atender emergencias, estos recursos deberían ser invertidos con una visión de largo plazo y adecuadamente diversificados. Solamente los rendimientos de este fondo ya sea por dividendos, intereses o ganancias de capital podrían ser utilizados para apoyar iniciativas humanitarias o de otra índole.
La tercera aplicación de la teoría del portafolio por parte de la oposición es cuando logre acceder al poder. Para evitar caer en la trampa absolutista de los lideres autocráticos que invierten solo en las iniciativas que les perpetúan en el poder, si la oposición quiere reconstruir el país desde una perspectiva democrática, debe buscar reformas en los ámbitos económico, social, cultural y legal que aseguren que la distribución de los exiguos recursos públicos beneficien a la mayoría de la población y a la vez, creen un marco institucional para asegurar el desarrollo de largo plazo independientemente del líder o partido político que esté en el poder.