Los dramáticos últimos minutos de Maradona, según la enfermera que intentó reanimarlo

Los dramáticos últimos minutos de Maradona, según la enfermera que intentó reanimarlo

Foto: Archivo

 

La declaración fue extensa y con detalles precisos. Dahiana Gisela Madrid (36) habló durante seis horas ante los fiscales de San Isidro que investigan la muerte de Diego Armando Maradona (60). Las 42 páginas de su relato cuentan con datos que aún a seis meses y medio de la muerte del Diez (y con todo lo que ya se sabe) siguen sorprendiendo.

Por Clarín

Madrid contó que desde el 13 de noviembre ya no tuvo contacto directo con Maradona, que hacía su trabajo aunque el paciente y su entorno la mantenían a distancia tras una situación en la que Diego había pedido que no la quería ver más. En el escrito, al que tuvo acceso Clarín, la enfermera describe las últimas horas de Maradona en esa mañana del 25 de noviembre pasado. Y queda claro que el descontrol era total. Un trato médico y personal muy distante del que requiere cualquier enfermo, se llame como se llame.

“El día 25 de noviembre sabia que iba a venir la Dra. Cosachov, eran las 10 de la mañana por lo que había que darle la medicación, le mandé un mensaje a Agustina (Cosachov) para ver a que hora llegaba porque la orden era no despertarlo y demás entonces era para que se ingresara solamente una vez a la habitación. Agustina me dijo que estaba en camino, llegaron ella y Carlos Diaz (psicólogo). Se pusieron a hablar con Jony (Espósito) y con Maxi (Pomargo), estábamos todos afuera en la galería, le explicaron que era lo que pretendían para que Diego se quisiera levantar de la cama, Agustina modifico la medicación, se la preparé, y salimos para el lado de la galería. El psicólogo se levantó e íbamos a ingresar, me dijeron que no ingresara y me quedé con Romina (Rodríguez, más conocida como “Monona”, cocinera) preparando el desayuno porque si se lo iba a despertar era el momento para darle de comer… (sic)”, relata en referencia a lo que esa mañana sucedió en la casa del barrio San Andrés, en Tigre, donde se había montado una especie de “internación domiciliaria” para atender a Diego.

En otros puntos de la declaración, Madrid deja en evidencia que el contexto no era el adecuado para una atención médica, que faltaba aparatología y que la llegada a Diego era un problema a diario. Continúa el relato de la enfermera.

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