En una entrevista con el medio estadounidense Bloomberg, Maduro afirmó que “se están dando los primeros pasos para un diálogo justo con la oposición” y aseguró que se están llevando a cabo “intensas negociaciones” con la oposición para “ampliar las garantías electorales”.
Consultado sobre si se van a cumplir los requerimientos de los observadores internacionales para las elecciones, el venezolano aseguró que todos “están invitados”.
Detalló que fueron enviadas invitaciones a centros importantes de pensamiento político, especialistas electorales y a organizaciones internacionales, entre ellas la Unión Africana, la Unión Europea y la ASEAN, así como también observadores de Estados Unidos.
Con respecto a las relaciones con Estados Unidos, el dictador se mostro abierto a “abrir un pasillo de comunicación” con el país norteamericano y “regularizar las relaciones diplomáticas”. Expresó su deseo de “llegar a un acuerdo de convivencia y de intercambio” y de “reactivar las inversiones petroleras y las inversiones económicas estadounidenses en Venezuela”.
Asimismo, instó al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a que “cese, desde la Casa la Blanca y el Departamento de Estado, la demonización de Venezuela, la demonización de la Revolución bolivariana y la demonización del presidente Nicolás Maduro”.
“Ojalá podamos encontrar caminos de acercamiento, de respeto, de beneficio mutuo que permitan regularizar relaciones entre los Estados Unidos y Venezuela”, agregó.
Por otro lado, Maduro reveló que estuvo cerca de reunirse con el ex presidente estadounidense Donald Trump en septiembre de 2018 cuando ambos viajaron para asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas. Sin embargo, el dictador aseguró que el encuentro no se concretó por “presiones” de funcionarios estadounidenses. “Si nos hubiéramos reunido, otra hubiera sido la historia”, manifestó en relación a las tensiones que atravesaron durante los cuatro años de la Administración Trump.
Sobre la situación económica que atraviesa su país, el dictador aseguró que antes “Venezuela importaba el 80% de todo su alimento” y que hoy la nación “está produciendo el 80% para el pueblo en territorio venezolano”.
Además, señaló que el régimen decidió permitir el funcionamiento del dólar estadounidense para el intercambio comercial, medida que calificó como “positiva”.
“Ha sido una válvula de escape útil para los consumidores, los empresarios y la economía. Hemos tenido que tragar grueso, poner la cabeza fría y desarrollar un conjunto de políticas que permitan que las fuerzas productivas del país tomen curso y nos lleven a una situación que ojalá se consolide en el segundo semestre, que es volver al crecimiento económico”, añadió.
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