En la noche del pasado 6 de junio, los integrantes del Foro de Sao Paulo (FSP) se sentían contentos y satisfechos. Sus acciones preparadas con antelación –resultado de diversas técnicas desarrolladas en Venezuela y Bolivia– funcionaron en Perú, sin que la misión de observación de la Organización de Estados Americanos (OEA) lo hubiese podido detectar. El objetivo: evitar lo ocurrido en Bolivia durante los comicios de 2019, cuando debido a una serie de errores dicha organización sí pudo darse cuenta de anomalías en las votaciones.
Expertos electorales relacionados con el FSP (que se identifica como una articulación de partidos y movimientos políticos latinoamericanos y caribeños de izquierda), según diversas denuncias, incidieron en el sistema electoral peruano y establecieron acciones combinadas que permitieran darle el triunfo a Pedro Castillo, candidato del partido Perú Libre, el cual pertenece al Foro de Sao Paulo.
Estas operaciones incluyeron adiestrar a los instructores del partido, para que estos a su vez orientaran a los personeros de los centros electorales sobre cómo copar las mesas de votación: llegar temprano y asumir las jefaturas de las mesas donde no hubiese testigos de Fuerza Popular para así apropiarse de los votos. Keiko y redes.
Las acciones también incluyeron la suplantación de miembros de mesa en las zonas rurales, por personeros de Perú Libre para lo cual hubo que, en muchos casos, falsificar sus firmas. En otros casos, se recurrió al método de enviar militantes del partido con centenares de cédulas para inflar artificialmente la votación a favor de Pedro Castillo. Entre un mecanismo y otro, se podrían sumar los sufragios necesarios para darle la victoria a Castillo.
Pero algunas de las tácticas de Perú Libre salieron a la luz pública por cuenta de sus competidores. En la noche del propio día de la elección, Keiko Fujimori convocó a una rueda de prensa para mostrar pruebas del supuesto fraude, entre ellas, videos de instructores de Perú Libre enseñando a sus personeros a robar votos en las mesas, así como militantes del partido detenidos con múltiples cédulas.
Inmediatamente después, integrantes del Foro de Sao Paulo, dentro y fuera del Perú, salieron a hacer control de daños, haciendo ver que se trataba de una estrategia de Fuerza Popular para no reconocer su derrota. También, se activaron los simpatizantes del Foro, para forzar con sus declaraciones públicas el reconocimiento de Castillo. Comenzó el presidente de Argentina, Alberto Fernández; luego siguieron los mandatarios de Bolivia y Nicaragua, Luis Arce y Daniel Ortega. Y finalmente opinaron los expresidentes Lula da Silva, Evo Morales y Rafael Correa.
El FSP confiaba en que con su campaña internacional podría reducir la resistencia de las fuerzas democráticas peruanas para que proclamaran el triunfo de Castillo. Para ello contaban con aliados dentro del sistema electoral, como el presidente del Jurado Nacional Electoral, Jorge Salas Arenas, quien en un juicio votó a favor de Vladimir Cerrón cuando fue vocal de la Corte Suprema. A raíz de esto hubo una respuesta internacional a la estrategia del Foro. Los expresidentes del grupo de e Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA) emitieron un comunicado _a través del cual llamaban a las autoridades electorales peruanas a no proclamar un triunfador hasta tanto no se revisarán todos los reclamos. En efecto, hubo actas impugnadas, cuya definición podía cambiar el resultado final de las elecciones.
Por otra parte, el expresidente de Colombia, Andrés Pastrana, declaró a medios que lo ocurrido en Perú era el resultado de un andamiaje criminal manejado desde Venezuela. Además, una Senadora colombiana, expresó en diversos medios peruanos que los indicios de fraude mostrados por Fuerza Popular eran semejantes a los perpetrados por el Foro de Sao Paulo en Venezuela y en Bolivia. Paralelamente, se produjo un parteaguas en la crisis. Fue cuando los mandos militares peruanos –y posteriormente centenares de militares retirados de diversa graduación– expresaron públicamente su desconfianza en el proceso electoral realizado.
Los dirigentes del Foro de Sao Paulo pensaron que todavía podían salirse con la suya. Era cuestión de esperar e ir doblegando voluntades por medio de todo tipo de presiones. Después de todo, el control del Perú es de vital importancia para fortalecer e incrementar el negocio del narcotráfico. Pastrana, a través de una entrevista de televisión, afirmó que en Perú hubo un aspecto del fraude, hasta ahora desconocido: había serios indicios de que el software que se utilizó para el conteo de los votos estaba amañado y los expertos venezolanos del chavismo tenían sus manos metidas en ese fraude. Como respuesta, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) publicó un trino en el que afirmaba que Pastrana estaba difundiendo “fake news” (ver acá el trino_), sin responder sobre la denuncia del expresidente colombiano sobre el software del conteo de votos.
Ante ese hecho, Pastrana cuestionó en una entrevista a CNN en Español, que la autoridad electoral peruana se preocupe por darle respuesta a él. “Es curioso que la ONPE, en lugar de estar contando votos, esté haciendo videos para contestarle a un ciudadano como es mi caso, un ciudadano colombiano”.
Dicho trino fue reproducido por agencias de prensa de Alemania, Deutsche Welle (DW) y de España, EFE. Estas “noticias” –dadas como válidas– fueron a su vez usadas por los enemigos políticos de Pastrana para desacreditar al expresidente. Simultáneamente, comenzó una campaña sucia a través de las redes sociales, para intentar empañar la imagen del expresidente.
En la noche de 17 de junio, Pastrana fue entrevistado por el canal CNN en español, donde tuvo la oportunidad de desmentir, con argumentos válidos, todas las acusaciones que se hacían en su contra, incluyendo las de la ONPE.
“Quienes difunden fake news son ustedes”, les respondió. Sin embargo, las agencias internacionales de prensa no reprodujeron sus declaraciones, como sí lo habían hecho con el mensaje de la ONPE.
Lo hasta aquí expuesta evidencia, primero, que la izquierda internacional cuenta con un poderoso aparato comunicacional para tratar de neutralizar a sus adversarios, mediante la mentira y la difamación; y segundo, que el Foro de Sao Paulo está preocupado por que descubran a sus operadores en un nuevo fraude electoral, y que se pierda el Perú para la causa del castro-comunismo.
El punto débil de lo ocurrido en el Perú es la declaración de la misión de la OEA, la cual asegura que “no hubo fraude”. En este sentido, es de vital importancia, para garantizar la paz y la estabilidad, llevar a cabo una auditoría internacional, con peritaje de los candidatos Castillo y Fujimori, para de esa forma descubrir la verdad electoral.
Jaime Alberto Arrubla es abogado. Ex Magistrado de la Corte Suprema de Justicia de Colombia
Este artículo se publicó originalmente en kienyke el 20 de junio de 2021