48 horas cumplieron, este miércoles 23 de junio, 80 privados de libertad en huelga de bocas cosidas, que permanecen recluidos en la Policía Municipal de Plaza, en Guarenas, estado Miranda.
Por Lidk Rodelo | Una Ventana a la Libertad
La huelga es un recurso de presión para exigir traslados a centros penitenciarios, medida de descongestionamiento que no se da en este centro de detención preventiva, desde finales de 2018.
Asimismo, los presos rechazan el hacinamiento que supera el 240%, en virtud de que el recinto tiene capacidad de albergar a 50 privados de libertad y actualmente en el lugar permanecen entre 110 y 120 detenidos.
En los calabozos de Poliplaza hay más de 20 privados de libertad sentenciados. La mitad de ellos llevan tres, cuatro, cinco, seis y hasta siete años allí recluidos.
Las familiares de los detenidos apoyaron a sus detenidos con pancartas en las afueras del comando de Poliplaza. Otro grupo de parientes acudió al Ministerio para el Servicio Penitenciario para entregar los documentos de cómputos de detenidos con sentencias firmes, para solicitar los traslados.
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“Estamos hacinados en un lugar infrahumano, sin agua, sin baños para uno defecar u orinar, sin ventilación, sin aire. Pedimos que nos trasladen a un penal a los que ya estamos procesados y a los que tienen años aquí” se escucha en un video grabado y difundido en las redes sociales.
Quienes no se sumaron a la huelga son las femeninas, los enfermos, los policías presos y los “pasilleros” (detenidos en los pasillos entre calabozos, por otro tipo de delitos, contemplados en la Ley contra el Odio y la Ley contra la Corrupción y la Ley contra el Financiamiento al Terrorismo).