Un avión de pasajeros que transportaba a una veintena de personas desapareció el martes de los radares en la Península de Kamchatka, en el extremo oriente ruso, informaron las autoridades locales.
El avión, un Antonov An-26 de diseño soviético, volaba desde la capital de la región, Petropavlovsk-Kamchatsky, hacia a la pequeña ciudad de Palana cuando dejó de transmitir, dijo a la AFP Valentina Glazova, portavoz de la oficina del fiscal regional a cargo de transportes.
El avión llevaba 22 pasajeros y seis miembros de la tripulación, según la portavoz.
“Los esfuerzos de búsqueda y rescate están en marcha”, dijo Glazova. “Todo lo que sabemos por ahora es que se ha perdido el contacto con el avión y que no ha aterrizado”, añadió.
El avión estaba operado por una pequeña empresa local de Kamchatka, una vasta península en el extremo oriental de Rusia con muy poca población.
Las agencias de prensa rusas, citando a funcionarios locales, dijeron que en el avión viajaban 28 personas, incluidos seis miembros de la tripulación, con uno o dos niños a bordo.
Hay varias hipótesis sobre el paradero del avión. Una fuente dijo a la agencia de noticias estatal TASS que el podría haberse estrellado en el mar mientras que otra explicó a la agencia Interfax que probablemente cayó cerca una mina de carbón próxima a Palana.
Se movilizaron dos helicópteros para buscar el aparato y los equipos de rescate están preparados para intervenir, dijeron las agencias.
– Problemas de seguridad –
Rusia, que era conocida por sus accidentes de aviación, ha mejorado la seguridad en el tráfico aéreo desde los años 2000, cuando las principales compañías del país abandonaron sus vetustos aparatos soviéticos por otros más modernos.
Pero aún hay falta de mantenimiento y normas laxas de seguridad, por lo que el país registró varios accidentes aéreos mortales en años recientes.
El último ocurrió en mayo de 2019 cuando un Sukhoi Superjet de la aerolínea rusa Aeroflot se accidentó al aterrizar y se incendió en la pista de un aeropuerto de Moscú, dejando 41 muertos.
En febrero de 2018, un Antonov An-148 de Saratov Airlines se estrelló poco después del despegue cerca de Moscú, matando a las 71 personas que iban a bordo. Una investigación determinó que la causa del accidente fue un error humano.
También son frecuentes en Rusia los incidentes no mortales, que obligan a desviar vuelos o a realizar aterrizajes de emergencia, normalmente por problemas técnicos.
En agosto de 2019, un avión de Ural Airlines con más de 230 personas realizó un aterrizaje casi milagroso en un campo de maíz cerca de Moscú después de que un motor succionara unos pájaros durante el despegue.
En febrero de 2020, un Boeing 737 de Utair con 100 personas a bordo se estrelló en el norte de Rusia por un problema de su sistema de aterrizaje, sin que hubiera víctimas mortales.
El transporte aéreo también está sujeto a condiciones de vuelo a menudo difíciles en las regiones del Ártico y el extremo oriente, donde los aviones y helicópteros son el medio de transporte más usado para llegar a ciudades y pueblos remotos. AFP