Un total de 144 personas murieron en las últimas 24 horas por enfermedades asociadas a la covid-19 en Túnez, país que ha lanzado una llamada de auxilio internacional ante el descontrol de la pandemia, que ronda desde hace días los 8.000 casos diarios y una incidencia media del 37%, con los hospitales públicos saturados.
Según datos del ministerio de Sanidad relativos a este domingo, se registraron, además, 6.592 nuevas infecciones, con una tasa del 34,29 por ciento, cifras que profesionales médicos ponen en duda y consideran no reflejan el verdadero alcance de la enfermedad, que sería mayor.
Al alza de los contagios se suma el deterioro continuo de la situación sanitaria, considerada crítica, con los hospitales públicos saturados y sin capacidad humana y material para atender a los enfermos.
En ciudades como Nabeul, situada a apenas 40 kilómetros al sur de la capital, la Policía recorre la calles para advertir a los vecinos de que no vayan al hospital público, ya que no van a poder ser atendidos: no solo no quedan camas de UCI, tampoco hay respiradores y muchos enfermos sufren en los pasillos.
En este contexto, y con el gobierno y la presidencia de la República enfrentados sobre la dureza que se debe imponer a las restricciones, miles de tunecinos han lanzado su grito desesperado a través de redes sociales, donde critican la nefasta gestión del gobierno central y se quejan de la actitud del mandatario, el populista conservador Kaïes Said, que se opone al confinamiento general que recomiendan los científicos.
EL PICO LLEGARÁ TRAS EL AID
Pese al aumento explosivo de los contagios en la última semana, impulsado por la entrada de la variante delta, el Gobierno se ha limitado a adelantar el toque de queda, impedir el tránsito entre provincia, prohibir las reuniones sociales y los eventos deportivos, y obligar a cafeterías y restaurantes a servir solo en exteriores.
Algunas provincias sí han decretado confinamientos, como Siliana o la propia Nabeul, mientras que en el “Gran Tunis” -la capital y su área metropolitana- solo ha optado por impedir los desplazamientos en coche en fin de semana
“Restringir la movilidad no es ya una solución. Hay que cerrar todo el país a cal y canto”, advertía a Efe el domingo un doctor de urgencias, antes de avisar de que el pico de contagios llegara después del 20 de julio, una vez pase la Fiesta del Aid el Adha, una de las más importantes del calendario musulmán.
EMIRATOS ENVIA 500.000 VACUNAS
Ante esta situación varios países como Egipto, Libia, y Francia han comenzado ya a enviar ayuda médica y humanitaria a Túnez, donde ya se han sobrepasado los 15.000 decesos desde que comenzaran a medirse en marzo de 2020.
Emiratos Árabes Unidos confirmó anoche el envío de 500.000 dosis de vacunas y se espera que en los próximos días lleguen varios millones más, tanto adquiridas por el Gobierno como cedidas por el sistema COVAX, el mecanismo de solidaridad creado por la Organización Mundial de la Salud para los países pobres (OMS).
Ante esta situación, el Gobierno anunció este fin de semana que el Ejército se sumará a la campaña y se habilitarán más lugares para acelerar la inmunidad.
En este contexto, países como Libia han cerrado ya sus fronteras con Túnez -que ha quedado así aislado por tierra- y otros como Bélgica o Italia lo han colocado en su lista de algo riesgo, lo que obliga a cualquier viajero a guardar largas cuarentenas. EFE