Ilusionados, emocionados, expectantes. Así desfilaron los 29 integrantes de la delegación de atletas Refugiados durante la ceremonia que este viernes dio inicio de manera oficial a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Uno de esos deportistas que quedó maravillado por la imponente organización fue el boxeador venezolano Eldric Sella, quien al pisar suelo asiático comenzó a cumplir uno de los mayores sueños de su vida profesional y personal, un anhelo que parecía haber quedado sepultado el día que decidió abandonar su país natal.
Por Infobae
Sella, que hoy tiene 24 años, se exilió de Venezuela en el 2018 luego de años de sobrevivir a la inseguridad, la violencia y la pobreza. Estando fuera de su tierra, la posibilidad de competir en un Juego Olímpico parecía desvanecerse, sin embargo, una invitación del Comité Olímpico Internacional (COI) le permitió alcanzar su gran objetivo.
Su carrera en el boxeo comenzó de muy pequeño, cuando todavía no había cumplido los diez años. Cerca de su casa había un gimnasio al que concurrían muchos niños de su barrio a recibir clases gratuitas y él se sumó. Cuando tenía 15, representó a Caracas en un torneo nacional y ganó. Así se convirtió en campeón de Venezuela a una corta edad. A los 18, fue convocado para ser parte de la Selección, pero el sueño solo duró siete meses: él y todos sus compañeros fueron despedidos por falta de recursos para solventar al equipo.
Ese revés fue parte de una serie de dificultades que lo llevaron a tomar la decisión de dejar su país natal. En 2018, cuando viajó a Trinidad y Tobago para participar de un torneo de boxeo, pidió asilo y ya no regresó a Caracas. Así se convirtió en uno de los 5 millones de venezolanos que hoy viven fuera de su patria, según ACNUR, la agencia de la ONU para los Refugiados.
En el país caribeño, a donde se calcula que se han exiliado casi 25 mil venezolanos, comenzó a trabajar en distintos oficios, pero nunca abandonó la pasión del pugilismo. “Mientras mezclaba el concreto o cuando cortaba el pasto pensaba en cómo eso me ayudaría en mi carrera como boxeador”, contó Sella en una entrevista con el sitio oficial de los Juegos Olímpicos. El boxeador, que se exilió junto a su novia, Luz, y que tomó la dura decisión de dejar atrás a gran parte de su familia y a sus amigos, agregó: “Esto no es solo por mí, tengo un propósito mayor para todos en el mundo. Deseo ser una muestra de esperanza para otros”.
De a poco, y con mucho esfuerzo, el venezolano comenzó a hacerse un nombre en el boxeo de Trinidad y Tobago. De hecho, ganó una pelea organizada por la Asociación Nacional de Boxeo de ese país a la que había sido invitado casi a último momento. “No estaba entrenando. Estaba enfermo. Y aún así, gané la pelea. Esa victoria fue suficiente para mí”, contó Sella al sitio de ACNUR.
Aquel triunfo le dio empujón para volver a confiar en sus habilidades deportivas. A esa renovada ilusión se sumó el hecho de haber visto en Instagram una publicación sobre los equipos olímpicos de Refugiados. El joven nacido en Caracas no dudó y comenzó a escribirles a todas las personas que podrían estar ligadas a ese programa que brinda apoyo financiero para entrenar a los candidatos a ser atletas olímpicos.
De la misma manera que no se rindió con su carrera deportiva, Sella tampoco bajó los brazos ante la posibilidad de volver a soñar con participar en un Juego Olímpico aún estando fuera de su país. El destino le traería un gran premio: en diciembre pasado, la solicitud del venezolano fue aprobada y le dieron una beca del COI. “Cuando recibí la aprobación para ser parte del programa, sentí que de vuelta estaba en mi camino, me sentí vivo”, sostuvo, con la voz casi entrecortada por la emoción.
Gracias a esta ayuda económica, Sella ha podido dedicarse íntegramente a su carrera deportiva. Su padre, que pudo salir de Venezuela en 2019, es su entrenador, y su novia lo asiste como manager. “Tener disciplina para levantarme a entrenar y esforzarme, ese es el gran desafío para mí hoy”, recalcó el joven de 24 años, que fue seleccionado para estar en los JJOO y que este viernes desfiló junto al equipo de Refugiados, compuesto por 29 atletas de 11 países que participarán en 12 deportes diferentes, en la ceremonia de apertura que se desarrolló en el estadio Olímpico de Tokio.
Pero la emoción deberá hacerse un lado para dar paso, una vez más, a la perseverancia y a la lucha: su debut en la competencia será el domingo 25 de julio, en la categoría de 75 kg (peso medio), ante el dominicano Euri Cedeño. El sueño de llegar a Tokio ya se cumplió, el próximo es el de ganar una medalla. ¿Será esta la gran chance de Eldric Sella? Agallas y sacrificio, le sobran.