La grandeza de Egipto se refleja en sus magníficas y originales construcciones. La Pirámide Roja se encuentra entre los principales monumentos arquitectónicos que data la historia, aunque muchos ignoran su existencia y el valor que representa. Sus paredes custodiadas de enigma, muros precisos y caminos estrechos hacen que sea de difícil acceso. Un venezolano hizo la hazaña de una forma inusual: Con la compañía de un violín.
Es la primera vez en 5000 años que un artista interpreta una música clásica con este instrumento dentro de la pirámide, pero Ramón se atrevió y lo logró. En efecto, su video transcendió, se hizo viral y cosechó la admiración de cientos de personas. Compaginó su destreza, amor por el arte y el placer de descubrir una estructura de piedra mística poco explorada. ¿Qué lo motivó a hacerlo?
Por Elizabeth Gutiérrez/ lapatilla.com
Ramón de @lavidadem es un caraqueño entusiasta que migró a Suiza, donde ha transcurrido la mayor parte de su vida, desde que era un adolescente. Aprendió a tocar el violín a los siete años y a partir de entonces, no ha hecho más que dedicarse a este oficio del que ostenta con sencillez. Junto a su esposa, ha recorrido más de 60 países por una razón especial: “Uno de mis objetivos con mi esposa es ser la primera pareja de venezolanos en ver todos los países del mundo. Cumplir ese récord es muy difícil o quizás alguien lo logre antes, pero de momento, vamos bastante bien”, resaltó.
El joven de 31 años es un viajero incansable que no teme a los retos. Luego de pasearse entre diferentes culturas y experiencias, contó sobre sus destinos favoritos. En la resumida lista resaltan Namibia, Taiwán, Baréin, Kuwait, Omán, Bosnia y Herzegovina, entre otros. “Tienen una historia fantástica, conozco ya prácticamente los países de Europa, son maravillosos. Es un reto muy interesante”, expresó.
Recientemente, el venezolano se enfrentó a la novedosa iniciativa de conocer la gran Pirámide Roja de Egipto. Responsable de los riesgos, se aventuró bajo sus propios recursos que fueron, ante todo, astucia, coraje, tenacidad y resistencia. “La Pirámide Roja es muy particular porque está muy apartada, es decir, no puedes llegar fácilmente a ella. Y es curioso, porque es una de las pirámides más grandes”, destacó.
Respecto a su vivencia, también relató: “Es una pirámide cuyas piedras no están en perfectas condiciones y sientes que se están desboronando un poco. El interior es muy atípico porque recuerda al interior de la gran pirámide de Keops. La acústica es muy particular, es muy extraño tocar adentro”, opinó.
Por otra parte, el viaje no mostró signos de ser fácil puesto que le llevó aproximadamente tres meses de organización. “Hubo dos dificultades. La planificación del proyecto, porque una cosa es cuando te sientas y dices: ‘Bueno, quiero ser la primera persona en tocar una obra clásica dentro de las pirámides’ y después llevarlo a cabo, contactar a las personas adecuadas para hacerlo de una forma legal, porque es complicado, y luego el trabajo físico. Entrar a una pirámide es complejo. Tienes que arrastrarte en un agujero vertical que se hunde bajo tierra. Agazaparte y gatear en agujeros llenos de tierra, igualmente arriesgas el bienestar del instrumento”, comentó.
Sin embargo, el venezolano no se desvió de su objetivo hasta concretarlo. Al llegar, interpretó con su violín La Lacrimosa, una majestuosa obra musical compuesta por Mozart. “Mozart estaba en su lecho de muerte cuando estaba escribiendo el Réquiem. Lacrimosas significa día de lágrimas, aquel día que el hombre resurgirá de sus cenizas para ser juzgado. Las pirámides son tumbas, alegorías también a la muerte. Entonces, me pareció una buena conexión”, manifestó.
Según Ramón, este espectacular descubrimiento simbolizó un antes y un después. “Ser la primera persona en hacer algo que nunca antes se ha hecho en la humanidad es sin duda algo que te cambia mucho y que agrega algo muy bonito (…) Asimismo, significó llevar conmigo no solamente a Venezuela, porque tengo las tres nacionalidades: Venezolano, español por mi madre, y soy suizo por naturalización. Entonces, fue llevar a Galicia y también a Suiza”, explicó.
Hizo énfasis en que gracias a sus amistades completó la misión con éxito. “Tengo que mencionar a Gabriel Herrera con quien planifiqué todo y a Angeliana que fueron pilares fundamentales en esto. Agradecer a Jorge, fue un apoyo moral muy grande todo el tiempo. Han sido excelente compañía y muy buenos amigos”, enfatizó.
A pesar de que Ramón se encuentra en Suiza, su anhelo es regresar a casa y que su hijo, quien está por nacer, conozca su origen. Mantiene a salvo a su país con recuerdo perenne mediante estas palabras: “Quiero que él tenga ese contacto con su venezolanidad, que cuando tenga cuatro o cinco años tenga la posibilidad de ir y conocer la tierra que vio nacer a sus padres (…) Probablemente, Venezuela sea un destino próximo”, puntualizó.