La dictadura castrista detuvo e interrogó de nuevo a la periodista Camila Acosta, corresponsal de ABC en Cuba

La dictadura castrista detuvo e interrogó de nuevo a la periodista Camila Acosta, corresponsal de ABC en Cuba

La periodista Camila Acosta

 

 

 

 

 

La corresponsal de ‘ABC’ en Cuba, Camila Acosta, que se encontraba en arresto domiciliario tras informar de las protestas contra el régimen de Miguel Díaz-Canel, volvió a ser detenida e interrogada, según informó Cubanet, otro medio para el que trabaja.

La comunicadora confirmó los hechos en Twitter: “Hoy fui arrestada por la Seguridad del Estado de Cuba. Están presionando a la familia de Fabio Corchado, amigo que me ha dado techo después de ser desalojada y, para ello, tienen preso a su hermano, Víctor Glez. Quieren que ellos me echen de la casa. Continúo en reclusión domiciliaria”.

Horas antes, había comunicado: “Hoy cuento diez días de reclusión domiciliaria forzosa, con vigilancia 24 horas, después de pasar cuatro días en calabozos, incomunicada, acusada de desorden público por informar de las protestas del 11 de julio. No soy libre, todo lo contrario, estoy en espera de juicio”.

Acosta había sido detenida el 12 de julio cuando salía de su domicilio en La Habana para acompañar a su progenitor para hacerse una PCR, si bien horas antes de que se produjera el arresto, la periodista había estado cubriendo las protestas que se han producido en la capital cubana contra el régimen.

Cuatro días después fue excarcelada para pasar a arresto domiciliario. Según confirmó su padre, el régimen cubano iba a procesarla por ‘desacato’ y ‘desorden público’, mientras que la propia Camila explicaba a ABC que antes de excarcelarla querían que firmara un documento aceptando el cargo de ‘desorden público’, que conlleva la sanción de una multa.

Policías arrestan a un hombre cuando personas se manifiestan el 11 de julio en una calle en La Habana

 

 

La comunicadora, que no pudo recibir visitas ni hacer llamadas, compartió celda con otras detenidas en un espacio ocupado por seis literas y una letrina. Según contó ella misma al periódico en el que trabaja, el lugar estaba infestado “de mosquitos y hacía mucho calor”. También narró que nadie usaba mascarillas pese al fuerte repunte de contagios de COVID-19 en la isla. Igualmente recalcó: “Dios me puso ahí para contar lo que sucede”.

En diálogo con ABC, narró que lo más terrible de esos días en prisión fue “conocer experiencias de las reclusas. Había una madre con sus dos hijas, a las que detuvieron el día de la manifestación y que fueron duramente golpeadas. Todavía se podían ver algunos de los moretones. Entre las detenidas había otras mujeres que se habían acercado al lugar de las protestas por curiosidad y habían sido arrestadas, y sus familias no sabían dónde estaban. También se encontraba allí una embarazada, que pedía atención médica pero se la negaban. Se la dieron en el momento en que la pusieron en mi celda”, comentó.

Preguntada sobre si las fuerzas del régimen eran conscientes de que la periodista iba a contar lo que sucedía en la cárcel, Acosta expresó: “Se lo dije cuando me aplicaron la sanción de arresto domiciliario, con la intención de que no hablara. Yo les dije que me fueran devolviendo a la celda porque yo iba a volver a la calle, y si había otra manifestación iba a volver a reportar”.

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