En al menos un 35% se ubica la deserción de docentes en los planteles de Fe y Alegría a nivel nacional, quienes prefirieron abandonar las aulas de clases en medio de un período escolar marcado por la violación a la contratación colectiva, sueldos míseros y una pandemia que los expone a enfermar e incluso morir, por falta de dotación de equipos de bioseguridad.
Jesús Pérez // LA PRENSA DE LARA
Las cifras fueron reveladas en su balance anual sobre el finalizado lapso escolar 2020-2021. Manuel Aristorena, director general de Fe y Alegría, explicó que, aunque no manejan una cifra exacta y oficial, estiman que a nivel nacional tienen alrededor de 1.200 cargos vacantes. Sin embargo, la situación se recrudece en su programa de Escuelas el cual se compone por 177 instituciones en diferentes zonas del país al registrar un 35% de bajas dentro del personal docente.
La situación, según detalla la profesora Yameli Martínez, coordinadora del programa Escuela y Ciudadanía, se agravó con la llegada de la pandemia y la baja remuneración que reciben los educadores.
“Nos mueve el salario emocional. Ir a la escuela es como vitamina, nos ayuda a olvidar todo lo complicado que hay afuera“, contó la docente Basby González, quien labora dentro del colegio Padre José María Vélaz en Caricuao, Caracas. Su situación no es aislada a lo que padece el resto.
Para el año escolar 2020-2021, Fe y Alegría contó con 5.490 miembros activos del personal directivo docente para atender una matrícula de 107.035 estudiantes (11.117 de preescolar, 52.255 de primaria, 17.202 de media general y 25.361 de media técnica). Para la directiva la cifra de estudiantes atendidos fue agridulce. Aunque celebran que entre el 86 y 87% del alumnado logró culminar el año escolar, lamentan ese 13% de niños y jóvenes que no recibieron clases.
Donativos son su tabla de salvación
Las instituciones de Fe y Alegría indagan la manera para seguir con la educación y adaptarse a las situaciones de emergencia. Recientemente, LA PRENSA DE LARA realizó un trabajo detallando la manera en la cual sobreviven ante la pandemia: donativos de padres y empresas, que les permite improvisar lavamanos, adquirir equipos de bioseguridad y reparar algunos problemas de infraestructura.
A través del programa de regreso a clases seguras y el plan de sostenibilidad, los padres están siendo involucrados en la importancia que significa que cada uno coloque un granito de arena para que las instituciones Fe y Alegría no decaigan.