Supervivientes, familiares de víctimas y afectados por los atentados del 11-S en Estados Unidos pidieron este viernes al presidente del país, Joe Biden, que no acuda a los actos del vigésimo aniversario a menos que el Pentágono publique unos documentos que involucran a Arabia Saudí por aquellos actos.
La Casa Blanca evitó este viernes aclarar si responderá a la petición que han hecho 1.600 familiares de las víctimas, miembros de los servicios de rescate y supervivientes de los atentados del 11-S en EE.UU., que piden que el Gobierno publique esos documentos.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, explicó en su rueda diaria que responsables gubernamentales se han reunido con los afectados por los atentados del 11-S, cuyo vigésimo aniversario se cumple este año, para “escuchar sus ideas sobre las prioridades políticas” y sus demandas sobre documentos.
Esas personas solicitaron este viernes a Biden en un comunicado que no acuda a la conmemoración de ese aniversario en Nueva York y en Shanksville (Pensilvania), a menos que el Pentágono publique esos informes, que, según los afectados, involucrarían a responsables saudíes en actos de terrorismo.
Los damnificados recuerdan que Biden prometió durante la campaña electoral una mayor transparencia y la publicación de toda la información que fuera posible, pero aseguran que su Administración ha hecho caso omiso a sus cartas y solicitudes.
Psaki hizo mención a ese compromiso de Biden como aspirante presidencial y señaló que el ahora mandatario se comprometió a pedir al Departamento de Justicia que trabaje “de forma constructiva en asuntos no resueltos respecto a la invocación por parte de la Administración anterior del privilegio de secretos de Estado”.
La portavoz destacó que el presidente sigue comprometido con su promesa hecha en campaña y que se adoptarán medidas por parte del Departamento de Justicia, sin precisar si se publicarán los documentos que piden los afectados.
En el comunicado de los “miembros de la comunidad del 11/S”, como se han hecho llamar los firmantes, los afectados sostienen que gran parte de las pruebas durante la investigación demuestran la implicación de responsables saudíes en los ataques.
“A través de varios Gobiernos, el Departamento de Justicia y el FBI han buscado de forma activa mantener esta información en secreto y evitar que el pueblo estadounidense sepa toda la verdad sobre los atentados del 11-S”, indican.
Cerca de 3.000 personas murieron en los ataques orquestados por la organización terrorista Al Qaeda en el World Trade Center de Nueva York, en el Pentágono y cerca de Shanksville, en Pensilvania.
EFE.