Derrumbe en Miami: Un terreno vacío, una investigación secreta y muchas dudas

Derrumbe en Miami: Un terreno vacío, una investigación secreta y muchas dudas

El cráter tras el derrumbe

 

Es sin dudas la peor tragedia que esta comunidad ha vivido en su historia. La madrugada del 24 de junio una torre de lujo sobre una de las playas más lindas de Miami se desmoronaba cobrándose la vida de 98 personas, y convirtiéndose en un drama para centenares más.

Por infobae.com

¿Qué fue lo que llevó al derrumbe de la torre Champlain con sus doce pisos y sus 136 unidades? A siete semanas de la tragedia nadie está ni remotamente cerca de dar una explicación certera. Se habla de fallas estructurales, de años de filtraciones en la piscina, de la corrosión por el mar y el viento. Lo cierto es que hay dudas, o al menos pocas certezas, con respecto a la investigación.

Las autoridades de Surfside, la pequeña municipalidad costera donde se encontraba la torre, están perdiendo la paciencia. A 24 horas del derrumbe, Surfside contrató a Allyn Kilsheimer, un ingeniero estructural con 64 años de trayectoria, considerado la eminencia en su materia. Kilsheimer trabajó en la investigación de casos de gran relevancia como el derrumbe de parte del Pentágono tras el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2011. En casi dos meses, a Kilsheimer nunca se le permitió el ingreso a donde se encontraba la torre ni a los almacenes donde se trasladaron los escombros que hoy son evidencia del caso.

Kilsheimer ha sido muy vocal acerca de su disconformidad con el hecho de que no lo dejan investigar y ha llegado a asegurar ante la prensa local que “nadie quiere que se conozca la verdad, porque eso les va a costar más dinero.”

El condado abrió un puesto para un ingeniero estructural para este caso el pasado 29 de julio, pero aún no han contratado a nadie. Surfside prometió demandar a todo aquel que no les permita avanzar en la investigación.

La investigación de la policía del condado Miami-Dade, junto a la fiscalía estatal, es una investigación criminal, no estructural, y es por ese motivo que no están dejando a nadie entrar a ver la evidencia dentro de los escombros almacenados en galpones cerca del aeropuerto internacional de Miami. La investigación federal, al menos la que se ha hecho pública, es la llevada a cabo por NIST (Instituto Nacional de Estándares y Tecnología, por sus siglas en inglés), tampoco está buscando las causas.

“NIST no va a decirnos por qué el edificio se cayó. Nos dirán qué materiales se deben usar en determinados ambientes, en si hace falta cambiar los códigos de edificación, dar sugerencias porque esa es su labor. No son expertos en investigaciones estructurales forenses”, declaraba a medios locales Kilsheimer.

Mientras la causa exacta del derrumbe sigue sin estar clara, hay otros problemas que enfrentan los sobrevivientes.

El calculo inicial es que el dinero necesario para compensar a los sobrevivientes y a los familiares de las víctimas ascendería a mil millones de dólares. Sin embargo, nada pareciera indicar que en algún momento alguien pudiera acercarse a esa cifra.

La póliza de seguro del edificio estaba mal hecha. Por lo tanto, en pagos de seguros las víctimas y sobrevivientes recibirán cerca de 50 millones de dólares. ¿El siguiente problema? No se sabe cuándo recibirán ese pago por el seguro del condominio.

Después están las pólizas personales que cada quien tenía sobre su apartamento. Algunas compañías como State Farm (la más grande de la zona) ya han indicado que es política de la empresa no efectuar pagos hasta que no haya una causa confirmada del siniestro. Las víctimas allí están en un círculo vicioso.

La otra posible fuente de ingresos es la venta del terreno. Se acaba de conocer que un inversor anónimo hasta el momento ofreció 120 millones de dólares por el terreno vacío. Se desconoce que quiere hacer el comprador con el terreno. Tampoco está claro qué porcentaje de la venta iría para las víctimas.

A casi dos meses, Surfside comienza a ponerse de pie. La avenida Collins aún está cerrada a esa altura, y el sector no es visible ni siquiera desde la playa. Pero los alrededores volvieron a estar activos. Los negocios están funcionando y los residentes volvieron a los edificios del área.

La tristeza se percibe en Surfside. Difícilmente haya alguien que viva allí que no conociera a una persona fallecida. Las respuestas no están llegando y a la tristeza empieza a sumarse el enojo.

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