La toma del poder por parte de los talibanes en Afganistán anticipa un escenario muy complicado para la sociedad civil, pero especialmente para las mujeres. El extremismo talibán tiene en el foco a las féminas y a su libertad. Tanto es así, que ya antes de que llegasen a Kabul se empezaron a tapar imágenes ‘occidentalizadas’ y ahora se espera una auténtica persecución, según lo reseñado por 20 MINUTOS.
La Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán publicó este martes la lista de las prohibiciones que sufrirán las mujeres bajo el nuevo Gobierno. Son estas:
1. Completa prohibición del trabajo femenino fuera de sus hogares. Sólo unas pocas doctoras y enfermeras tienen permitido trabajar en algunos hospitales en Kabul.
2. Completa prohibición de cualquier tipo de actividad de las mujeres fuera de casa a no ser que estén acompañadas de su ‘mahram’ (parentesco cercano masculino como padre, hermano o marido).
3. Prohibición de cerrar tratos con comerciantes masculinos.
4. Prohibición de ser tratadas por doctores masculinos.
5. Prohibición de estudiar en escuelas, universidades o cualquier otra institución educativa (los talibán han convertido las escuelas para chicas en seminarios religiosos).
6. Las mujeres han de llevar burka, que las cubre de la cabeza a los pies.
7. Azotes, palizas y abusos verbales contra las mujeres que no vistan acorde con las reglas talibán o contra las mujeres que no vayan acompañadas de su ‘mahram’.
8. Azotes en público contra aquellas mujeres que no oculten sus tobillos.
9. Lapidación pública contra las mujeres acusadas de mantener relaciones sexuales fuera del matrimonio.
10. Prohibición del uso de maquillaje.
11. Prohibición de hablar o estrechar las manos a varones que no sean su ‘mahram’.
12. Prohibición de reír en voz alta.
13. Prohibición de llevar zapatos de tacón, que pueden producir sonido al caminar (un varón no puede oir los pasos de una mujer).
14. Prohibición de montar en taxi sin su ‘mahram’.
15. Prohibición de tener presencia en la radio, la televisión o reuniones públicas de cualquier tipo.
16. Prohibición de practicar deportes o entrar en cualquier centro o club deportivo.
17. Prohibición de montar en bicicleta o motocicletas, aunque sea con sus ‘mahram’.
18. Prohibición de llevar indumentarias de colores vistosos. En términos de los talibán, se trata de “colores sexualmente atractivos”.
19. Prohibición de reunirse con motivo de festividades o con propósitos recreativos.
20. Prohibición de lavar ropa en los ríos o plazas públicas.
21. Modificación de toda la nomenclatura de calles y plazas que incluyan la palabra “mujer.”
22. Prohibición a las mujeres de asomarse a los balcones de sus pisos o casas.
23. Opacidad obligatoria de todas las ventanas, para que las mujeres para que las mujeres no puedan ser vistas desde fuera de sus hogares.
24. Prohibición a los sastres de tomar medidas a las mujeres y coser ropa femenina.
25. Prohibición del acceso de las mujeres a los baños públicos.
26. Prohibición a las mujeres y a los hombres de viajar en el mismo autobús. Los autobuses se dividen ahora en “sólo hombres” o “sólo mujeres”.
27. Prohibición de pantalones acampanados, aunque se lleven bajo el burka.
28. Prohibición de fotografiar a mujeres.
29. Prohibición de la existencia de imágenes de mujeres impresas en revistas y libros, o colgadas en los muros de casas y tiendas.
La ofensiva talibán no va a suponer de momento un “cambio” ni una “amenaza internacional” pero, desde el punto de vista interno, la situación en Afganistán va a ser muy diferente, sobre todo para las mujeres y las niñas que se quedarán “en una situación dificilísima”.
Así lo ha asegurado Enrique Ayala, experto en política internacional y analista de la Fundación Alternativas, después de la retirada de las tropas internacionales de Afganistán lo que ha llevado a los insurgentes al poder veinte años después.
En su opinión, “los talibanes son yihadistas radicales” y actuarán “con una crueldad y una dureza enormes” porque van a implantar la ley islámica “en su versión más rígida”, y eso va a afectar a la población, sobre todo a las mujeres de las ciudades, que están más “occidentalizadas y acostumbradas a otro tipo de vida”.