Rosario Murillo, vicepresidenta del régimen de Nicaragua, y también esposa del dictador Daniel Ortega, calificó este martes como un “castigo” las sanciones impuestas en su contra por los gobiernos de Canadá, Estados Unidos, Suiza, y la Unión Europea (UE), tras considerar que el mandato de su cónyuge atenta contra los derechos humanos y la democracia nicaragüense.
Murillo exige respeto, pese a todas las arbitrariedades ejecutadas durante su mandato.
“Les llaman sanciones, pero son agresiones, porque, ¿quién ha facultado a alguien para establecer castigo?, porque sanción quiere decir castigo”, señaló Murillo, a través de medios del Gobierno.
Tras las sanciones la señora de Ortega no puede viajar por los países emisores del castigo, ni hacer negocios con sus nacionales, por lo que sus bienes en esas naciones están congelados.
En sus resoluciones, los países y organismos han sido explícitos en que las sanciones están dirigidas a personas de forma individual, no a Nicaragua como nación.
“Respeten, respeten, respeten, esa es la clave, por eso decimos: también es pandemia la falta de respeto a la voluntad de los pueblos, también es pandemia, fruto del egoísmo, de la avaricia, de la codicia, la soberbia, la supremacía, quieren mostrarse como dueños del mundo”, continuó.