Vitamina D: ¿Para qué sirve y cuándo se debe tomar?

Vitamina D: ¿Para qué sirve y cuándo se debe tomar?

Vitamina D

 

 

 

 

El Dr. Javier Aguilar, reumatólogo del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga, España y miembro del Grupo de Trabajo OSTEORESER, nos da todos los detalles sobre la vitamina D: qué alimentos la contienen, población de riesgo, deficiencias y recomendaciones.

 

¿Qué es la vitamina D?

La vitamina D es fundamental para la absorción del calcio y la formación del esqueleto. Es también denominada “la vitamina del sol” porque su fuente principal es la producción cutánea por la exposición solar. La vitamina D que proviene de la alimentación es escasa, no suele superar el 10% de las necesidades diarias ya que son pocos los alimentos que la contienen y, en general, en poca cuantía. El aceite de hígado de bacalao y los pescados grasos (atún, caballa, sardina, salmón, etc.) son los alimentos que contienen más vitamina D.

¿Para qué sirve la vitamina D?

Su función principal es la absorción del calcio y la formación ósea, por lo que su deficiencia puede provocar enfermedades en los huesos como raquitismo en los niños y osteomalacia y osteoporosis en los adultos. También tiene múltiples funciones en otros órganos por lo que es muy importante para la salud en general. En los músculos mejora la fuerza y reduce las caídas, podrían prevenir la aparición de algunos cánceres, estimula la formación y aprovechamiento de la insulina reduciendo la aparición de diabetes de tipo 2, regula el sistema inmunológico disminuyendo la aparición de infecciones y enfermedades autoinmunes y protege de las enfermedades cardiovasculares, entre otras.

¿Es frecuente la deficiencia de vitamina D?

La deficiencia de vitamina D es muy frecuente en todo el mundo, incluso en países soleados como España. Hay que tener en cuenta que son múltiples los factores que influyen en esta deficiencia: se suele evitar el sol por molestia o miedo al cáncer de piel, la vida actual obliga a pasar muchas horas en lugares cerrados, los trabajos nocturnos, el uso de protectores solares, el envejecimiento, los individuos de piel oscura, la obesidad e incluso ciertos medicamentos o enfermedades como las hepatopatías y enfermedad renal crónica pueden contribuir a esta deficiencia.

¿Se debe analizar a todo el mundo la vitamina D?

No está recomendado analizar a toda la población, sólo a la que se encuentre en riesgo de deficiencia: mayores de 65 años, individuos de piel oscura, trabajadores nocturnos, pacientes que presenten una serie de enfermedades como osteoporosis, síndrome de malabsorción intestinal, hepatopatías, enfermedad renal crónica, obesos, embarazo y lactancia y los que consuman ciertos fármacos (corticoides, antiepilépticos, inmunosupresores y antirretrovirales).

¿Debo tomar por mi cuenta suplementos de vitamina D?

No se deben tomar por iniciativa propia los suplementos de vitamina D, deben ser prescritos por un médico. Aunque son seguros se debe comprobar que necesita tomarlos. Si se encuentra entre la población de riesgo debe acudir a su médico de atención primaria para que le solicite unos análisis y será él el que le prescriba los suplementos si los necesita.

¿Qué se debe hacer para tener la vitamina D necesaria?

Como las dos fuentes principales de vitamina D son el sol y la dieta, debe cambiar sus hábitos para hacerlos más saludables. En relación al sol, y siempre que no exista una contraindicación médica, se debe aumentar la exposición solar. Hemos de tener en cuenta que esta exposición solar va a depender de muchos factores como la hora del día, la estación del año y la ciudad en la que vivamos. De forma general, para el tipo de piel más frecuente entre los españoles, podrían ser suficientes unos 15 minutos diarios en verano, sobre el mediodía, exponiendo cara, brazos y manos, pero debemos aumentar esta exposición en otras horas del día, si es otra época del año o tenemos la piel más oscura. Hay que tener en cuenta que el envejecimiento reduce la formación de vitamina D por el sol. En cuanto a la dieta deberá aumentar el consumo de pescados grasos como el atún, la sardina, bonito, caballa, salmón, etc. De todas formas, en ocasiones estas medidas podrían no ser suficientes para conseguir las necesidades diarias y habría que tomar suplementos, sobre todo la población de riesgo.

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