Rusia, uno de los actores fundamentales para resolver la crisis afgana abierta tras la llegada de los talibanes al poder, quiere que Pakistán, Irán y otros países limítrofes sean parte integrante de una negociación internacional en el marco de la reunión extraordinaria del G20 que la presidencia italiana se afana en organizar el mes próximo en Roma.
“Lo más importante para nosotros ahora es la seguridad de nuestras fronteras y la organización de la seguridad”, dijo hoy el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, en la capital italiana, donde mostró la disposición de Moscú a participar en ese G20 sobre la crisis afgana si se amplía a los países vecinos, tras reunirse con el primer ministro italiano, Mario Draghi, y su titular de Exteriores, Luigi di Maio.
En una rueda de prensa conjunta con Di Maio, Lavrov consideró el G20 un foro más apropiado que el G7 porque “refleja mejor nuestro mundo multipolar”, pero matizó que Rusia quiere “entender mejor qué papel” le conceden sus socios occidentales en esa reunión, porque en el pasado ha quedado demostrado que en Afganistán “las soluciones conjuntas nunca son fáciles”.
“Hemos estado en contacto con todas las partes durante estos años, incluidos los talibanes. Sin embargo, cuando no se logran resultados en la mesa de negociaciones, los conflictos vuelven a estallar, y eso es lo que ha sucedido en Afganistán”, dijo, al lamentar “el fracaso” que los acuerdos de Doha negociados entre el entonces presidente de EEUU, Donald Trump, y los yihadistas afganos, que, en su opinión, no fueron “los únicos” culpables.
Sobre el G20, insistió en que para Rusia es vital ampliar el mismo a países vecinos, que son los que más sufren las consecuencias y que no están incluidos en ese formato.
“Nos han prometido que (las prioridades rusas) estarán recogidas en cinco principios del programa, pero la lucha contra el terrorismo es el quinto punto y nuestra prioridad es la seguridad de los Estados en el sur de Rusia y los limítrofes”, dada la amenaza que la crisis afgana representa “para ellos también”.
La protección de los civiles, la defensa de los derechos humanos, la ayuda humanitaria, el flujo migratorio y la lucha contra el terrorismo son los cinco puntos sobre los que se articulará el G20 extraordinario si finalmente llega a concretarse.
“Este formato tiene que ser inclusivo e integrar a Pakistán, Irán y otros que no forman parte del G20”, insistió, antes de resaltar que en los encuentros mantenidos con Draghi y Di Maio se ha “obtenido la promesa de los colegas italianos de que se les invitará a ellos también”.
En ambas reuniones, la presencia rusa en el G20 en el que trabaja Italia fue la base de la discusión, que se alargó a otros aspectos de la crisis afgana, como “la emergencia humanitaria y el respeto de los derechos humanos, especialmente de las mujeres”, según fuentes de la presidencia del Gobierno italiano.
Pero el encuentro entre Lavrov y Draghi giró en torno a “los objetivos prioritarios de garantizar la estabilidad y la seguridad en el país”, en línea con las exigencias rusas, así como al “papel de los distintos foros internacionales, incluido el G20, para debatir las perspectivas de una solución a la crisis en Afganistán”.
El empeño de Rusia en incluir a los países vecinos mostrado por Lavrov coincidió con una conversación telefónica entre el primer ministro italiano y su homólogo indio, Naredra Modi, al frente de uno de los países que Italia ha destacado como primordiales en el G20.
Di Maio, por su parte, aseguró que “no hay respuestas fáciles” en la crisis afgana y que Italia, al ocupar la presidencia del G20, tiene “una responsabilidad de favorecer un consenso internacional y definir un acercamiento común” que incluya a los Estados que “sufrirán la crisis, los países limítrofes”, para los cuales “la seguridad es una prioridad”, como asegura Rusia.
“Las imágenes procedentes de la frontera de Afganistán con Pakistán son motivo de gran preocupación. Por eso estamos en contacto con los países vecinos para ayudarles a gestionar los flujos migratorios mediante proyectos internacionales, pero también trabajando a nivel europeo para gestionar proyectos de corredores humanitarios”, reveló.
Y sobre la preocupaciones rusas sobre la seguridad, Di Maio coincidió en la necesidad de “trabajar con todas las partes, incluidas las principales partes interesadas y actores regionales”, dado “el riesgo de que los últimos acontecimientos en Afganistán expandan el terrorismo a otras áreas, desde Irak hasta el Sahel”.
EFE