La minería ilegal y el mercurio: Un veneno para la Amazonía venezolana

La minería ilegal y el mercurio: Un veneno para la Amazonía venezolana

 

Las Naciones Unidas advierten: el futuro ya está aquí. De inundaciones a incendios, 2021 ha sido un verano de extremos extraordinarios en todo el mundo. Señal inequívoca de que los impactos del cambio climático están generalizados y se están acelerando.





Por Carolina Valladares / Voz de América

Según el más reciente informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU, la acción del hombre sería la causante de las demoledoras conclusiones del sexto informe de evaluación del IPCC, el informe sobre el clima más importante publicado en años por la comunidad científica.

“Es indiscutible que las actividades humanas están provocando el cambio climático y haciendo que los fenómenos meteorológicos extremos sean más frecuentes y severos”, dijo el presidente del IPCC durante la presentación del estudio.

Y la peor parte se la podría llevar América Latina y el Caribe. Según el más reciente informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en el último año han experimentado tormentas tropicales, huracanes devastadores e incendios catastróficos en la Amazonia, fruto de la sequía y de deforestación.

Según SOS Orinoco, el daño ya es visible e irreversible en el Parque Nacional Canaima, en el estado Bolívar de Venezuela, donde la tala de árboles no cesa. De no detenerse la minería ilegal descontrolada, advierten, este reducto de selva amazónica podría convertirse en un páramo de arena.

“Hemos mapeado 900 sectores mineros ilegales principalmente, esto va en aumento. Cuando empezamos a hacer este trabajo hace tres años eran como 550. Ya estamos en 900, y esto es indetenible. Eso no vuelve a crecer. La gente piensa, bueno, dentro de 100 años otra vez estará la selva amazónica. No”, aseguró a la Voz de América Cristina Burelli, fundadora de SOS Orinoco.

Cerca de 86.000 hectáreas han sido afectadas hasta la fecha. Pero el impacto podría ser mayor del que muestran las cifras, pues según Burelli, “una mina puede tener un impacto de hasta 200 kilómetros alrededor”.

Según el reporte de la OMM, los eventos relacionados con el clima afectaron a más de 277 millones de personas entre 1998 y 2020. Destacan las poblaciones indígenas amazónicas, en países como Brasil, Perú y Venezuela.

De acuerdo con la organización Freedom House, la presencia de grupos armados que controlan las minas y el uso indiscriminado del mercurio en la cuenca del río Orinoco para separar el oro de las partículas, no solo estaría contaminando los ríos, sino desplazando a la población.

“Esto tiene impactos directos en el agua y la comida de las comunidades locales y también tiene impactos directos en los comercios de estas comunidades locales. Muchas poblaciones -sobre todo poblaciones indígenas- están dejando sus territorios”, explica Alessandra Pinna, directora de programas de América Latina y el Caribe en Freedom House.

Una situación que se podría agravar de mantenerse la crisis en Venezuela. Según SOS Orinoco, la tala de árboles debido a las fallas en la distribución de gas y los cortes eléctricos sería otra de las causas de la deforestación.