Los combatientes talibanes sostuvieron la cabeza cortada de un hombre por su cabello y cantaron juntos en una celebración escalofriante.
Traducción libre lapatilla.com
A juzgar por el color de su uniforme, se cree que la víctima decapitada era un soldado afgano.
Un perturbador video de 30 segundos obtenido por el Washington Examiner muestra a un grupo de combatientes armados talibanes que desfilan con la cabeza mientras cantan “muyahidines”.
Se podía ver a uno de los hombres agarrando dos cuchillos ensangrentados, otros seis portaban rifles.
Según los informes, en el clip compartido en una sala de chat privada de los talibanes, el hombre con una espada en cada mano dirigía cánticos de “muyahidines”, que se refieren a los musulmanes que luchan en nombre del Islam.
El líder supremo de los talibanes, Hibatullah Akhundzada, se convirtió en el centro de elogios del grupo hasta que discutieron sobre disparar a sus víctimas.
“Tiene que parecer fusilado”, se oye decir a un hombre.
Aunque el video no tiene fecha, apareció pocos días después de que militantes talibanes mataran al hermano de Amrullah Saleh, un destacado combatiente de la resistencia afgana.
Saleh también había trabajado como vicepresidente afgano antes de ayudar a liderar las fuerzas de oposición contra los talibanes en el valle de Panjshir, informa Mail Online .
La región fue la última provincia de Afganistán en defenderse de las fuerzas talibanes que tomaron el control por la fuerza justo antes de la ejecución del hermano de Saleh, Rohullah Azizi.
Ebadullah Saleh dijo a Reuters: “Ejecutaron a mi tío. Lo mataron ayer y no nos dejaron enterrarlo. Seguían diciendo que su cuerpo debería pudrirse”.
Un servicio de información urdu talibán dijo que “según los informes”, Rohullah Saleh murió durante los combates en Panjshir.
Saleh, fue un exjefe de la Dirección Nacional de Seguridad del gobierno respaldado por Occidente, que colapsó el mes pasado.
El Frente de Resistencia Nacional de Afganistán dice que todavía se opondrá a los talibanes que, según advirtió la ONU, habían comenzado a llevar a cabo “asesinatos en represalia”.
Deborah Lyons, enviada de la ONU para Afganistán, dijo que hubo “acusaciones creíbles” de asesinatos selectivos “a pesar de las numerosas declaraciones que otorgan amnistías generales”.
Agregó que cualquier persona que haya trabajado para la administración anterior del país, así como los funcionarios de seguridad afganos, corren riesgo de ejecución.