Niños y niñas indígenas de la región Guayana han quedado por fuera de la agenda pública en materia de educación durante la alarma sanitaria por la pandemia de COVID-19. Hasta el momento, el Estado incumple su responsabilidad y no facilita herramientas que hagan posible la educación a distancia en los pueblos originarios.
En el reporte más reciente de Kapé-Kapé, la organización informó que al menos 15 mil niños entre los tres y 15 años, procedentes de las zonas fluviales del Delta del Orinoco tienen acceso restringido a la educación a distancia, por falta de equipos electrónicos y cobertura de telefonía móvil.
Estudiantes de al menos 320 caseríos warao de Delta Amacuro enfrentan graves dificultades para continuar con sus estudios desde que inició la alarma sanitaria, lo que amenaza con retrasar el proceso de aprendizaje de los niños.
Kapé-Kapé reportó que, además de eso, la infraestructura de las escuelas indígenas o mixtas quedó en abandono desde que se decretaron las clases a distancia, lo que aceleró su proceso de deterioro y causa incertidumbre acerca de la viabilidad del regreso a clases presenciales.
98% de las escuelas multiculturales bilingües o mixtas en los municipios Antonio Díaz y Pedernales, están en franco deterioro según reporta la Federación de Educadores de Venezuela en Delta Amacuro.
Los pueblos indígenas esperan ser incluidos en el plan de recuperación de infraestructura escolar anunciado por Maduro este 7 de septiembre, ante la posibilidad de regresar a clases presenciales en octubre de este año.
Aunque para que sea posible, el mandatario nacional pretende imponer un esquema de vacunación contra la COVID-19 a menores de edad, que no está aprobado por ningún ente regulador internacional.
Nota Kapé-Kapé