Enfermeros exhaustos luchan en Filipinas por atender a sus pacientes mientras sus colegas contraen el covid-19 o renuncian a una profesión que ya sufría una gran falta de personal desde antes de la pandemia.
El país enfrenta un aumento récord en los contagios, impulsado por la variante delta, y el departamento de Salud reportó una carencia de más de 100.000 enfermeros, lo que deja a los que siguen trabajando con largas jornadas y bajos salarios.
“Ellos están cansados y extenuados”, declaró a AFP Lourdes Banaga, directora de enfermería de un hospital privado en el sur de Manila.
“Al inicio de la pandemia teníamos casi 200 enfermeros”, indicó Banaga, del Centro Médico Lipa Medix, en la provincia de Batangas. “Para septiembre se había reducido a 63”.
Cifras oficiales indican que 75.000 enfermeros trabajaban actualmente en hospitales públicos y privados de Filipinas, pero se necesitan otros 109.000.
La pandemia exacerbó un faltante preexistente de enfermeros, dijo Maristela Abenojar, presidenta de Enfermeros Filipinos Unidos, una situación que califica como “irónica” por ser un país que exporta trabajadores de la salud.
La grave falta de personal se debe a los salarios inadecuados, indicó Abenojar.
Un enfermero puede entrar a un hospital público con un salario inicial de 33.575 pesos (670 dólares) mensuales, según datos oficiales.
Pero Abenojar dijo que la mayoría tienen contratos de corto plazo y reciben 22.000 pesos mensuales (440 dólares) sin beneficios, mientras que los del sector privado pueden recibir apenas 8.000 pesos mensuales (160 dólares).
Muchos ya no aguantan: 40% de los enfermeros de hospitales privados han renunciado desde el inicio de la pandemia, según la Asociación de Hospitales Privados de Filipinas.
Más de 5.000 enfermeros recibieron autorización para ir al exterior este año, luego de que se levantó una prohibición motivada por el covid-19 y fue sustituida por un tope para asegurar que hubiera suficientes enfermeros en Filipinas.
Pero no ha dado resultados.
“No podemos conseguir más enfermeros, no podemos obligarlos a postularse”, dijo Jose Rene de Grano, de la asociación de hospitales privados.
– Exhaustos –
En las últimas semanas, los trabajadores de la salud han protestado por la falta de pago de beneficios, incluido un subsidio por riesgo del coronavirus. Abenojar dijo que muchos lo siguen esperando.
El presidente Rodrigo Duterte pidió paciencia mientras el gobierno busca el dinero requerido.
“Sentimos que no les importamos”, dijo Melbert Reyes, de la Asociación de Enfermeros Filipinos.
Muchos hospitales aumentaron su número de camas luego de que un repunte de contagios amenazó con desbordarlos.
Datos oficiales revelan que la tasa de ocupación en las salas de coronavirus y unidades de cuidado intensivo superan el 70% en todo el país, mientras que los casos diarios superan los 20.000, a causa de la contagiosa variante delta.
Un hospital público de la ciudad de Binan, al sur de Manila, convirtió un estacionamiento en un sala para internamientos.
“Muchos de nuestros enfermeros están enfermos y en cuarentena”, dijo a AFP el director médico del hospital, Melbril Alonte.
“Estamos exhaustos (…) pero siempre recordamos que debemos ayudarle a nuestra gente porque nadie más lo hará”, agregó.
Pero ante la carencia de personal, algunos sitios como el Centro Médico Lipa Medix debieron reducir su número de camas y extender los turnos de sus enfermeros.
La enfermera Trixia Bautista dijo que trabaja hasta 15 horas por turno atendiendo pacientes graves de covid-19 en un hospital privado de la capital.
Le ha tocado atender hasta a 30 pacientes sola luego de que otros enfermeros en su sala renunciaron o se enfermaron.
“Físicamente es muy agotador. No hay suficiente gente para atender a todos estos pacientes”, comentó.
– “No vale la pena” –
El país asiático cuenta con suficientes enfermeros calificados, aseguró Abenojar, pero calcula que entre 200.000 y 250.000 no trabajan en el sector.
Muchos trabajadores de la salud entraron a la profesión para buscar empleos mejor pagados en el exterior, pero la escasez no se debe a esa emigración.
“Es porque los enfermeros han dejado la profesión”, explicó Yasmin Ortiga, profesora asistente de sociología en la Singapore Management University, quien apuntó la falta de puestos estables y los malos salarios.
Una proliferación de programas de enfermería produjo una sobreoferta profesional y muchos graduados no encontraron empleos fijos en hospitales locales, necesarios para trabajar en el exterior, y con ello decayó la matrícula.
Según Ortiga, “la gente se dio cuenta de que si no logró dejar el país, no vale la pena ser enfermero en casa”.
AFP