Un general de Venezuela jefe de los espías. Una traición. Una llegada consentida a Madrid bajo identidad falsa. Información de alto voltaje. Un proceso de extradición que primero era que no, y luego, que sí. Una filtración. Una fuga de año y diez meses en la misma ciudad. Una detención con datos que aparecen de la noche a la mañana. Una solicitud de asilo que resultó estar denegada. Un aviso sobre tirar de una manta y una cita con el juez. Ah, y Villarejo.
Por Isabel Vega | ABC.es
Es todo aquello que no encaja en el caso del general Hugo Armando Carvajal. Responsable de Inteligencia con Hugo Chávez y de Contrainteligencia con Nicolás Maduro, salió de Venezuela tras declarar su adhesión a Juan Guaidó seguro de que en Madrid la información que atesoraba le abriría las puertas. Pero su presencia no era del gusto de todos en España. Antes de romper con Maduro y venir a Madrid, un empresario venezolano pagó 1,85 millones de euros al despacho del exjuez Baltasar Garzón para evitar su extradición a Estados Unidos, como desveló este diario.
El Pollo Carvajal, que ya había acomodado a su familia en Madrid, llegó con un pasaporte a nombre de José Mourinho –humor caribeño, tal vez– y, según asegura, fue recibido por conocidos del CNI como «cortesía y sin privilegios». Pero Carvajal era –y es– una figura incómoda. Se le imputan crímenes terribles y, por otro lado, conoce la relación del régimen venezolano con lo que hoy es un partido socio del Gobierno, Podemos.
Tras llegar pasó varias semanas en libertad con su familia y en conversación con autoridades, pero en abril de 2019 fueron a buscarle y todo se torció. Estados Unidos había emitido orden de extradición. La Audiencia Nacional le envió a la cárcel de Estremera, donde coincidió cinco meses con el comisario jubilado José Manuel Villarejo. Allí Carvajal pidió dos cosas. La primera, asilo en España por persecución de Venezuela y de EE.UU., que ya intentó extraditarle una vez desde Aruba en 2014. La segunda, declarar ante el juez de su caso para colaborar en otras causas. El día de la citación, se presentó en el juzgado el abogado de Villarejo y explicó que había asumido la defensa y que el general no iba a declarar. El comisario habla de los primeros letrados como «los abogados que le puso el CNI». También dice que el Pollo tuvo una oferta de libertad y cobijo por 20 millones de dólares, pero su entorno lo niega.
Extradición y fuga
El día de la vista de extradición, ante un tribunal presidido por Alfonso Guevara, Carvajal aseguró que EE.UU. se había inventado los cargos para poder obtener bajo coacción información del régimen de Maduro. La Fiscalía pedía su entrega por narcotráfico en colaboración con organización terrorista, el cártel de los Soles, pero la Sala dio la razón al Pollo. Lo puso en libertad y la sentencia recogió después la expresión «motivación política», desatando un terremoto en las relaciones con EEUU. El fiscal recurrió y el Pleno revirtió la decisión con un voto particular que insinuaba presiones de la diplomacia.
La noticia de que al final sería extraditado se filtró un fin de semana de noviembre, con enorme revuelo. El propio Carvajal emitió un mensaje de tranquilidad diciendo que nada sabía. No era cierto. Según distintas fuentes, aquel domingo se reunió con su familia y asesores de máxima confianza. Expuso las opciones y su decisión: huir y ganar.
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