El ex general venezolano Hugo Armando Carvajal, conocido como “El Pollo” Carvajal, publicó una carta dirigida a los habitantes de su país.
El que fuera jefe de Contrainteligencia Militar en los gobiernos de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro, quien se encuentra en España en medio de una disputa judicial sobre su extradición a EEUU, dirigió una misiva a “tres públicos”: a los “convencidos” de su culpabilidad, a los “que quieren que diga todo” y a los que lo conocen.
Madrid. 21 de septiembre de 2021
MENSAJE A LOS VENEZOLANOS
Este es un mensaje dirigido a tres públicos. He tenido que hacerlo así porque mi caso, tanto en lo jurídico, como en lo político y en lo mediático, ya raya en lo surreal. Hay tanto que aclarar que lo primero es hacer una distinción entre los distintos receptores de mis mensajes.
Lo que expreso a continuación lo hago con el fin de expresarme, nada más. Cuando estás en situaciones como las que yo he estado. y estoy, se adquiere una perspectiva muy diferente sobre importancia de las cosas. Por ello. digo esto porque me sale. sin ningún otro fin.
Para los convencidos de mi culpabilidad:
Este es un mensaje para quienes me califican de narcoterrorista. Para quienes están absolutamente convencidos de eso. Para quienes consideran que me merezco el peor de los males. Para quienes ya me han juzgado en sus cabezas y me condenan a varias cadenas perpetuas. Para quienes confían tanto en lo que dicen los medios de comunicación que todo lo que se dice sobre mi ya es obvio. Para quienes creen que la justicia estadounidense es impoluta y jamás fabricaría un caso contra un jefe de inteligencia de un gobierno adversario. Para los que canalizan la desgracia del país a través del odio y la venganza contra particulares sin conocer, justamente, la realidad particular.
Independientemente de lo que creas, hay un vinculo común entre nosotros, y es el acuerdo más fundamental de la humanidad: los derechos humanos. Aunque estés convencido de que soy narcoterrorista, aún debo tener derechos humanos. Entre ellos tengo el derecho a tener garantías necesarias para una defensa y el derecho a que se me presuma inocente mientras no se pruebe mi culpabilidad. Aunque el segundo ya lo he perdido ante tu opinión, no pienso renunciar al primero. Y eso motiva casi todas mis acciones. La búsqueda de tener derecho a una defensa real en un sistema acusatorio que me lo niega.
Aunque no lo sepas, o no lo quieras creer, el sistema de justicia americano no es perfecto. De hecho, funciona muy diferente al de otros países desarrollados como los europeos. Principalmente porque persigue un fin distinto al de hacer justica. Su prioridad no es esa, sino es ejercer su poder político. Por eso no firman algunos acuerdos internacionales. por eso no reconocen a la Corte Penal Internacional, etc. No son la primera potencia de gratis. Por eso se permiten hacer cosas como:
– Una vez acusado, eres tratado como culpable hasta que demuestres lo contrario (al revés de todo el mundo).
Te encierran y limitan tu acceso a defenderte. A menos que seas multimillonario. Para los millonarios la ley es distinta, porque pueden pagar abogados privados y pueden pagar una fianza para quedar en libertad (recursos que nunca he tenido).
El 97% de las acusaciones de la fiscalía terminan en acuerdos de culpabilidad. No es porque solo acusen a culpables, sino porque la indefensión a la que someten a los acusados es tal, que les conviene declararse culpables aún cuando no lo son.
No me creas a mi, escucha a organizaciones como Human Rights Watch. Si les crees sus informes sobre las violaciones de Derechos Humanos en Venezuela (que son muy ciertos), también deberías creerles a sus informes sobre la carencia de justicia en EE.UU.
Para los que quieren diga todo:
También es un mensaje para lo que quieren que “el pollo cante”. A esos que les da igual qué pase con mi vida, siempre y cuando revele los secretos del régimen. Esos que creen que con develar crímenes en un periódico ya cae Maduro (eso no funciona así). Los que sólo quieren escuchar soluciones mágicas. Los que confían en que EE.UU. o la comunidad internacional solucionará el problema venezolano. Para los creyentes, los utilitarios y los chismosos:
Mi información tiene valor si es canalizada de manera correcta. Así he manejado y guardado celosamente todo siempre. Hasta ahora no he utilizado nada, ni he dicho nada a nadie, de ninguna agencia, de ningún país, con dos excepciones: la Corte Penal Internacional y la comisión de Derechos Humanos de la ONU. Eso lo hice hace más de un año.
Desde que salí en libertad en Madrid, y durante mi clandestinidad, he enviado todo cuanto he podido a la fiscalía de la CPI. La información que aporté sirvió para concretar las denuncias previas, lo que permitió que se adelantara el examen preliminar contra Venezuela. Lo que envié a la comisión de Derechos Humanos de la ONU ayudó a que se generaran los informes que todos conocemos, donde se señalan las violaciones de DD.HH. cometidas por el régimen de Maduro. Los crímenes de lesa humanidad que cometieron Maduro y su estructura están bien reseñados.
Ahora inicio un proceso de colaboración con la justicia española. Léase bien, la “justicia” española. No el gobierno español, quien ha violado leyes con el fin de extraditarme ilegalmente a los Estados Unidos. Lo inicio, esperando, de buena fe, que parte de lo que tengo que informar sea provechoso para la justicia española y la justicia internacional. La naturaleza de toda colaboración es que el contenido debe ser secreto y, por mi parte, así se mantendrá.
Estos aportes, realmente efectivos. son imposibles estando encerrado injustamente. y más aún. en una cárcel americana. Además de la obvia razón de no querer ser sometido a una injusticia, también tengo razones utilitarias y éticas para oponerme a la extradición y a la cárcel.
Para quienes me conocen:
Por último, es un mensaje para quienes me conocen. Para quienes, en algún momento de mis 61 años de vida, me han dado la mano o me han visto a los ojos. Para quienes han presenciado directamente mis acciones y mi proceder. Con quienes he conversado o han oído lo poco que hablo. Para compañeros de trabajo, militares en su mayoría. A mis superiores, compañeros y subalternos. Para gran parte del pueblo monaguense que ha tenido referencias más cercanas sobre mi. Aquellos que creyeron en mi y me escogieron como su legislador en las últimas elecciones democráticas que tuvo Venezuela. Para amigos, conocidos y familiares:
A ustedes quiero decirles que estoy bien y estaré bien. Estoy absolutamente tranquilo de conciencia. Y de verdad, nada vale más que eso.
Ustedes bien saben que mi propósito en la vida, desde muchacho, ha sido servir a mi país como militar. Se que esto es difícil de comprender para muchos, que se cansaron de decirme durante toda la vida que pensara en mi primero. Pero, no soy así. Me formaron de otra forma. Para bien o para mal, este es el camino que escogí.
Yo salí de Venezuela, asumiendo el riesgo de que pasara todo lo que me ha pasado. con la única intención de poder colaborar y ser útil a mi país. Lo hice porque considero que tengo mucho que aportar y mi deber como militar me obliga. Lo hice porque quiero profundamente volver a la Venezuela democrática y quiero que se acabe la desgracia en la que nos sumergieron a todos.
Jamás perseguí fama ni gloria ni poder. Aunque tuve mucho poder y mucha mala fama. no busqué nada de eso. Fue llegando mientras yo seguía siendo yo. Haciendo mi trabajo, cumpliendo mis deberes y apegado a mis principios.
Puede que la presión política de EE.UU. doblegue al estado español y terminen violando las leyes que faltan para complacer la agenda política gringa. Sí eso sucede. mi ánimo seguirá siendo el mismo.
Todavía confío en que la verdad y la justicia prevalecerán.
Hugo Carvajal Mayor General del Ejército Venezolano Diputado de la Asamblea Nacional de Venezuela
P.S. Para Diosdado:
Te equivocas llamándome traidor. Se traiciona cuando se rompen compromisos. Mi compromiso siempre ha sido con el pueblo venezolano. Ese compromiso me unió Chávez y me separó de Maduro. primero, y de ti, después. Todo lo hice de frente, dando la cara, asumiendo mi posición y sus consecuencias.
Tienes razón en otra cosa: la traición no se perdona. Es imposible que el pueblo venezolano pueda perdonar tu traición. Sabiendo el mal que Maduro hacía, con toda la intención de destruir el país para controlarlo, y teniendo la capacidad de hacer algo para frenarlo, ¿Cómo no hacerlo?. ¿Cómo darle la espalda al pueblo así?. ¿Cómo dejar el país a la deriva de tal manera? Lo pregunto. pero me se la respuesta: has hecho todo por la avaricia de un poder que realmente no tienes.
También te doy la razón en que un traidor siempre será traidor. Traicionaste a Chávez en vida (pocos lo sabemos) y, por supuesto, también lo hiciste después de su muerte. Buscando estar arrimado a Maduro para ver qué cuota de poder te salpicaba. Triste, la verdad.
A pesar de estar en una prisión, soy más libre que tú. Soy libre de conciencia. Hice todo lo que pude por mi país y lo seguiré haciendo, siempre.
COMUNICADO: pic.twitter.com/9JugmX0ibY
— Hugo Carvajal (@hugocarvajal4f) September 21, 2021