El presidente de Honduras ha sido un protagonista recurrente en la cuenta de Twitter de su homólogo salvadoreño. El 20 de enero de 2018, a poco de que el hondureño afianzó su reelección en unos comicios marcados por el fraude, Bukele tuiteó: “Juan Orlando Hernández, con su fraude prácticamente consumado, sigue asesinando a su pueblo. Y la ‘comunidad internacional’ en silencio”.
Por infobae.com
El 9 de abril de 2019, poco menos de dos meses antes de tomar posesión como presidente de El Salvador tras ganar las elecciones el 3 de febrero de ese año, Bukele confirmó, también en Twitter, que Hernández, el nicaragüense Daniel Ortega y el venezolano Nicolás Maduro no estaban invitados a los actos inaugurales a celebrarse en San Salvador el 1 de junio.
Cuando, en agosto de este año, un periódico hondureño criticó declaraciones de la diputada oficialista salvadoreña Dania González en torno a la relación entre el gobierno y la banca de El Salvador, Bukele la defendió y, sin tapujos, tildó a Hernández de narcotraficante. “El Salvador ya no es finca de los banqueros. Estoy seguro de que la gran mayoría de hondureños quisieran lo mismo para ese hermoso país. Lástima que el narco que tienen de presidente…”, tuiteó Bukele.
Pero también fue en Twitter que Bukele dio una pista de que, en realidad, hay cosas que lo acercan a Hernández.
El 4 de septiembre pasado, un día después de que la Corte Suprema de El Salvador dio luz verde a la reelección de Bukele, el presidente salvadoreño borró un tuit de 2017 en el que arremetió contra Hernández por hacer lo mismo, reelegirse. “A JOH no le importó incendiar Honduras para mantenerse en el poder. Si la comunidad internacional no detiene esto, ¿con qué moral nos vendrán a hablar de democracia después?”, había tuiteado Bukele.
En 2021, la resolución judicial que avala que Bukele pueda presentarse a su reelección ya está creando chispas en El Salvador: una manifestación multitudinaria de opositores al presidente protestó, entre otras cosas por eso el 15 de septiembre. Y, cuando Washington quitó las visas a los magistrados del Supremo que dieron el aval a la continuidad, el entorno de Bukele acusó de injerencia a la “comunidad internacional”, de la que ya había dicho, sin pruebas, que financió a los que protestaron.
En realidad, a Bukele y a Hernández los unen muchas más cosas que el afán de perpetuarse en el poder. Tienen, por ejemplo, amigos en común, como los empresarios de criptovalores que ayudaron a promover en El Salvador la legalización del bitcoin como moneda de circulación nacional.
El 24 de agosto pasado, Hernández recibió con bombo en la casa presidencial en Tegucigalpa a una delegación presidida por el empresario Brock Pierce, uno de los gurús de las criptomonedas. En junio pasado, Pierce y otros 30 de sus colegas bitcoiners estuvieron en la sede de la presidencia salvadoreña, reunidos con la embajadora de El Salvador en Washington, la ministra de Economía y otros funcionarios del gabinete económico de Bukele. Una semana antes, la Asamblea de mayoría bukelista había aprobado la circulación legal del bitcoin.
Hay, sin embargo, hilos más profundos que unen los entornos de Bukele y Hernández; una madeja que tiene que ver con el petróleo venezolano llegado a Centroamérica a principios de siglo.
Un empresario de bajo perfil, el nexo entre los Hernández y el entorno de Alba Petróleos cercano a Bukele
Erick Vega, médico salvadoreño, es un hombre importante en el gobierno de Nayib Bukele: es asesor de comercio exterior del presidente y uno de sus mejores amigos. Cuando en agosto de 2021 la familia presidencial vacacionó en Ibiza, España, Vega los acompañó. Antes, en 2014, Bukele y su esposa, Gabriela, habían sido padrinos de boda del médico. Un hombre importante.
Vega es, también, uno de los nombres clave en la consolidación y expansión en Centroamérica de conglomerados empresariales alimentados con dinero procedente de la petrolera estatal venezolana, PDVSA, que es investigada en El Salvador, Venezuela y Estados Unidos por el posible lavado de mil millones de dólares. Uno de los lugares en los que Vega fundó empresas relacionadas con Alba Petróleos, filial de PDVSA, fue en Honduras, de la mano con un empresario vinculado a Amílcar Hernández, hermano del presidente hondureño Juan Orlando Hernández.
Puede ser que, en público, Bukele se enfrente a Hernández y a Ortega y no los invite a su toma de posesión, pero a los tres los ha unido el entramado empresarial construido con el petróleo de Venezuela.
Documentos del registro hondureño de la propiedad en poder de Infobae muestran que Vega está en el centro de la creación de una red empresarial, financiada con dinero venezolano, que trasciende las fronteras salvadoreñas y en la cual participan también agentes de Ortega.
El 12 de septiembre de 2011, Vega, el hondureño Gerardo Arcángel Meraz Puerto y el salvadoreño Sigfredo Merino inscribieron en el Instituto de la Propiedad de San Pedro Sula la sociedad anónima Comercializadora Centroamericana S.A. de C.V. o Comerca.
Sigfredo Merino es hermano de José Luis Merino, alias Ramiro, líder histórico del partido salvadoreño de izquierda Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Ramiro apoyó el ascenso de Nayib Bukele en las filas del FMLN, partido con el que fue alcalde de Nuevo Cuscatlán y de la capital San Salvador, y luego su carrera por la presidencia de El Salvador.
Meraz Puerto es un empresario afincado en San Pedro Sula, la capital industrial de Honduras, que a lo largo de la década pasada fundó e inscribió 24 empresas, algunas de ellas relacionadas con los entramados de Alba Petróleos y PDVSA. Una fuente del Ministerio Público consultada en Tegucigalpa, quien habló desde el anonimato por razones de seguridad, dijo a Infobae que Meraz es uno de los principales testaferros de la familia presidencial hondureña.
El registro público de la propiedad en San Pedro Sula da cuenta de esa relación. En junio de 2020, Meraz fundó la compañía Droguería y Laboratorio Sociedad de Responsabilidad Limitada (Drolab); su principal socio: José Amílcar Hernández, el hermano del presidente Hernández. Para 2019, a través de Drolab y otras empresas, Amílcar había obtenido contratos del gobierno que preside su pariente por 12.6 millones de dólares, según una investigación de Expediente Público.
Dos años después de la fundación de Comerca, en 2013, Meraz y Francisco López, el principal operador de Daniel Ortega en temas relacionados con PDVSA, utilizaron esa empresa como una especie de nave nodriza para crear una red de compañías desde las que movieron dinero venezolano en Honduras. Una de esas empresas comparte dirección con Drolab, la empresa de Amílcar Hernández.
En El Salvador, Vega era, desde finales de la década de 2000, uno de los principales operadores de Alba Petróleos. Su nombre aparece en varios de los documentos que la Fiscalía salvadoreña incautó a finales de mayo de 2019, cuando allanó 23 empresas relacionadas con el consorcio. En esos oficios consta, por ejemplo, que Vega fue vicepresidente de Alba Alimentos, una de las principales fachadas del consorcio, en 2017; entre 2016 y 2017, Vega también aparece en las directivas de Precocidos de El Salvador, la aerolínea VECA y Apes INC, una off shore de Albapes en Panamá.
Vega, que fue directivo de la aerolínea VECA entre 2013 y 2016 según documentos del registro de propiedad salvadoreño, fundó una sucursal de esa compañía en Honduras en 2014. El 9 de julio de ese año, la abogada Karla Gabriela Aguilar Rodríguez, actuando como representante legal de la compañía en Honduras, pidió al registrador mercantil de Tegucigalpa inscribir una sucursal de VECA. Un investigador hondureño, especializado en registros mercantiles, explicó que la ley de ese país permite que una compañía utilice sus cuentas bancarias para hacer transacciones financieras aunque no esté funcionando. VECA se declaró en quiebra en El Salvador y dejó de operar en 2017, pero Infobae confirmó en registros públicos que la sucursal hondureña sigue activa, al menos en papel, y que Erik Vega sigue listado como socio.
La relación entre Vega, Bukele y Alba Petróleos es profunda. En 2013, cuando era alcalde de Nuevo Cuscatlán, y preparaba el ascenso en su carrera política, Bukele recibió 1.9 millones de dólares como préstamos personales de compañías vinculadas al entramado Albapes. El entorno de Bukele, incluidas personas que luego ocuparían puestos clave en su gabinete presidencial, también recibió dinero a través de compañía de las que Vega fue socio.
En 2014, Bukele y su esposa Gabriela fueron padrinos del casamiento de Vega con Diana Echeverría de Rais, sobrina de Enrique Rais, un empresario acusado de varios delitos de corrupción y quien permanece prófugo de la justicia salvadoreña en Suiza. Rais, según una investigación de la compañía estadounidense IBI Consultants, también apoyó el ascenso político de Bukele. Mientras eso ocurría, Vega ayudaba a expandir la red de Alba Petróleos por Honduras, de la mano en parte de un hombre cercano a la familia del presidente Juan Orlando Hernández.
Operadores del dinero de PDVSA en Centroamérica
La metrópolis era Caracas. Cuando desde principios de siglo la influencia política del chavismo se extendió por Centroamérica, en buena medida gracias al petróleo, las empresas financiadas por PDVSA fueron encontrando embajadores en el istmo. Ramiro y Vega en El Salvador. López en Nicaragua. Meraz en Honduras.
Si Vega era uno de los grandes operadores del dinero de PDVSA en San Salvador, Meraz, el hombre de los Hernández, era uno de los principales impulsores de estos negocios en Honduras. Y las conexiones de ambos, como muestran registros comerciales y de propiedad hondureños en poder de Infobae, llegaban hasta Francisco López, el hombre designado por el dictador Daniel Ortega para avanzar el capítulo nicaragüense del petróleo venezolano con el consorcio Albanisa.
Meraz y Vega inscribieron a Comerca en el Instituto de la Propiedad de San Pedro Sula el 12 de septiembre de 2011. A partir de entonces, Comerca cobijó la expansión.
En enero de 2013, Meraz constituyó Merkavah, otra sociedad anónima con el estadounidense residente en Miami Juan Antonio Serrat y el español Jorge Enrique Mesa Lorenzo, la cual se ocuparía de dos de los rubros más lucrativos para las empresas satélites de PDVSA en Centroamérica: la importación, bodegaje, distribución y exportación de “petróleo” y sus derivados, así como del “negocio del transporte”.
El 4 de julio de 2013, Meraz y Francisco López, en representación de la empresa Albalinisa -constituida en Caracas-, constituyeron en Managua la sociedad Alba Alimentos de Honduras, de la que era principal accionista Comerca, empresa de la que Vega seguía siendo socio en 2020.
Un día después, el 5 de julio de 2013, Meraz inscribió otra filial de Alba Petróleos en San Pedro Sula: Petro Caribe de Honduras, cuya finalidad comercial es también la explotación de productos derivados del petróleo, así como exploración para la explotación de todo tipo de energías, entre ellas la geotérmica. La propietaria de la mayoría de las acciones de Petro Caribe Honduras es, de nuevo, Comerca.
El 23 de julio de 2013 Meraz inscribió Comercah, una empresa que se encarga de la distribución de alimentos e insumos agrícolas. El primero de agosto, en Managua, López y Meraz inscribieron otra empresa: Alba Alimentos Honduras-Nicaragua S.A. de C.V., Albanihsa.
El 23 de mayo de 2014, ante los oficios de Yani Rosenthal Hidalgo, Meraz y Ana Patricia Mejía inscribieron Amerigas de Honduras, empresa que se dedicaría a la venta de sistemas de conversión de gas para automotores. Rosenthal, candidato del Partido Liberal en las elecciones que se celebrarán en noviembre próximo, fue sentenciado en 2017 a 36 meses de prisión en Estados Unidos por lavado de activos.
Dato curioso: a pesar de que fue el expresidente hondureño Manuel “Mel” Zelaya (2006-2009) quien oficialmente adhirió a Honduras a la iniciativa del venezolano Hugo Chávez el 25 de agosto de 2008, y que fue durante su presidencia que el Congreso Nacional de Honduras aprobó la adhesión a Petrocaribe, la creación de empresas financiadas relacionadas con el dinero de PDVSA arrancó recién en 2013 y proliferó en los años siguientes, cuando ya Juan Orlando Hernández, del Partido Nacional e ideológicamente en las antípodas del chavismo, era presidente del país.
De acuerdo con una investigación del medio Expediente Público, Francisco López, el operador de Daniel Ortega, recurrió a Meraz y a la red de empresas asociadas a Comerca, la empresa que el salvadoreño Erik Vega ayudó a fundar en Honduras, para mover todos los negocios de Albanisa, la filial de PDVSA en Nicaragua, luego de que el gobierno de Estados Unidos sancionó a López y a las sucursales de la petrolera venezolana en suelos nicaragüense y salvadoreño.
Lenir Pérez, zar aeroportuario, un amigo común
Hubo aplausos y abrazos en la Asamblea Legislativa de El Salvador cuando, con la mayoría oficialista, se aprobó la concesión del contrato que permitirá a la empresa hondureña Alutech manejar la terminal de carga del aeropuerto internacional.
Uno de los más entusiastas, aquel día, era Federico Anliker, hombre cercano a Bukele y presidente de la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA), administradora del aeropuerto. Federico y su primo Pablo Anliker, ex ministro de Agricultura, también aparecen como receptores de fondos de Alba Petróleos en documentos decomisados por la fiscalía salvadoreña de los que Infobae tiene copia. Federico fue uno de los principales impulsores del contrato con Alutech.
Antes de hacerse con el contrato en el aeropuerto de El Salvador, en 2019, la empresa hondureña donó 1 millón de dólares al partido GANA, con el que Bukele compitió por la presidencia según informes de financiamiento electoral revelados por la no gubernamental Acción Ciudadana.
El dueño y principal socio de Alutech es el hondureño Lenir Pérez, un hombre que también ha sido cercano al gobierno de Juan Orlando Hernández en Honduras.
Pérez fue cuestionado por su rol en violaciones a los derechos humanos de comunidades originarias hondureñas con las que otras de sus empresas entraron en conflicto por un proyecto minero en el norteño departamento de Atlántida.
En 2013, los líderes comunitarios Roberto García Fúnez y César Adán Alvarenga denunciaron a Pérez y a otros por actos de violencia, amenazas e intimidación para hacerlos desistir de su oposición al proyecto de extracción de óxido de hierro en el que Minerales Victoria, empresa de Pérez, estaba involucrada.
Según un expediente del Ministerio Público hondureño, el MP-032-2013, al que Infobae tuvo acceso, Pérez envió a varios de sus colaboradores a intimidar a García Fúnez y Alvarenga, a quienes luego llevaron a una posta policial en la ciudad de Tela. El caso había llegado antes a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA (CIDH), que abrió el expediente MC 342-12 y el 3 de octubre de 2012 otorgó medidas cautelares a ambos para prevenir “daños irreparables”.
Las denuncias por estos abusos quedaron estancadas en los despachos de la policía y fiscalía hondureñas. No es raro: además de un empresario cercano al gobierno de Juan Orlando Hernández, Lenir Pérez es el yerno de Miguel Facussé, uno de los hombres más influyentes en la política hondureña hasta su muerte en 2015. A Facussé un funcionario de la embajada estadounidense destacado en Tegucigalpa lo señaló de proteger el aterrizaje de narcoavionetas en una de sus propiedades en 2004, según un cable secreto del Departamento de Estado, cifrado 04TEGUCIGLAPA672_a.
El 30 de noviembre de 2011, Lenir Pérez y su esposa, Ana Isabel Facussé Madrid, hija de Miguel, fundaron Alutech.
En 2019, Alutech y la constructora EMCO, una de sus filiales, se aseguraron la concesión para el manejo del aeropuerto internacional en Palmerola (en construcción), a una hora de Tegucigalpa, lo que implicó para la empresa un financiamiento de 87 millones de dólares según registros públicos en Honduras. Con el decreto 159-2019, el Congreso Nacional aseguró al consorcio de Pérez el manejo de Palmerola por 34 años y no pagar impuestos por sus operaciones durante tres décadas.
Aquel decreto tenía un bono: permitía a las empresas de Pérez operar, sin licitación previa, el aeropuerto internacional de Toncontín, en la capital Tegucigalpa.
Las buenas relaciones con las administraciones de Nayib Bukele en El Salvador y Juan Orlando Hernández en Honduras han garantizado a Lenir Pérez y Alutech el manejo de tres de los aeropuertos más importantes del norte centroamericano, Palmerola y el Monseñor Romero, además del que sirve a la capital hondureña.
Lenir Pérez. Erik Vega. Gerardo Meraz. Amílcar Hernández. Comerca. Alba Petróleos. Alutech. Los bitcoiners. Más allá de los tuits combativos, son muchos los hilos que unen a los entornos de Juan Orlando Hernández, investigado en Estados Unidos por narcotráfico, y Nayib Bukele, autonombrado “dictador más cool del mundo mundial” y señalado por la “comunidad internacional” de provocar el declive democrático de El Salvador. A ambos además, les gusta la reelección.