“Su majestad cree que eres tan viejo como te sientes y, por lo tanto, no cree cumplir los criterios para aceptar el galardón”, dijo Tom Laing-Baker, secretario privado adjunto de la reina Isabel II, al explicar esta semana a la revista británica The Oldie que la monarca había rechazado el premio que concede anualmente, “Oldie of the Year” (“viejito del año”).
Por El Comercio
Con 95 años y casi siete décadas en el trono británico, la salud de Isabel II es un tema del que se habla cada vez más en el Reino Unido. Con frecuencia, medios de ese país y del resto del mundo hacen referencia a lo bien que se ve la reina para su edad y no dejan de mencionar la larguísima lista de eventos internacionales de los que ha sido testigo.
Por ello, cuando se supo este miércoles 20 que la monarca deberá guardar reposo unos días por indicación médica, lo que obligó a suspender su visita a Irlanda del Norte, toda la atención volvió a posarse sobre su estado de salud.
“La reina ha aceptado a regañadientes el consejo médico de guardar reposo durante los próximos días”, anunció el palacio de Buckingham en un breve comunicado.
A pesar de su edad, de la muerte de su marido Felipe en abril y de la pandemia del COVID-19, la reina ha seguido asistiendo incansablemente en los últimos meses a actos públicos, si bien ya no viaja al extranjero.
La semana pasada se vio a la monarca caminando en público con un bastón, algo que no ocurría desde el 2004, pero el martes 19 por la tarde apareció sin él junto al primer ministro Boris Johnson en una recepción en el castillo de Windsor a las decenas de líderes empresariales reunidos en Londres para la Cumbre de Inversión Global.
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