Mantener los animales del parque como algunos felinos, aves, conejos, serpientes, osos frontinos, primates, no es tarea fácil en la actual coyuntura económica, más aún cuando los recursos han menguado por la disminución de los turistas.
Por Corresponsalía La Patilla
En la actualidad, el parque es administrado por la Corporación Merideña de Turismo (Cormetur), un ente adscrito a la Gobernación del estado Mérida. De acuerdo con el presidente de Cormetur, Luis Millán, el consumo mensual de alimentos de los animales del zoológico oscila entre 2.500 kilos y 2.800 kilos de frutas, y de 500 kilos a 600 kilos de carne con un costo que ronda los 2.000 dólares, porque los precios de la carne y las frutas, como todo en el país, varían cada cierto tiempo.
Millán explicó que hasta el año pasado venían trabajando con los ingresos generados por las entradas, pero con la pandemia debieron cerrar durante 5 meses, por lo que desde la Gobernación chavista del estado Mérida se asignaron recursos para la alimentación mínima de los animales, pues la ausencia de visitantes trajo consigo el declive de los ingresos económicos para mantener la estructura de costos del parque.
Jesús Parra, portero del zoológico, contó que a pesar de la pandemia hacen el sacrificio de mantener abierto este espacio todos los días, para que merideños y turistas paseen y se relajen con tanto encierro que afecta la salud mental.
“Todos los días ponemos un granito de arena para continuar adelante. Faltan muchas cosas, pero no nos podemos poner a exigir todo al 100%. La idea es que el turista se sienta bien, se relaje y pase un rato agradable. La comida para los animales nunca ha faltado, siempre se ha tratado de mantener al día con ellos”, aseveró Parra.
Con su experiencia de 14 años en el zoológico, dice que antes “era impresionante la cantidad de personas que podían visitarnos en una temporada alta como diciembre, enero, Semana Santa, Carnaval, podrían entrar 2.000 hasta 3.000 personas en un día, pero en la actualidad, con la pandemia y la crisis, esto no es así. En un día de semana pueden venir unas 50 personas en semana flexible, mientras que los fines de semana pueden llegar 200”.
Buscando alternativas
En el mundo existe una tendencia de que los zoológicos sean administrados por privados, pues su operación es costosa. En Venezuela, la entrada es gratuita en la mayoría de estos parques públicos o cuesta apenas unos centavos de dólar. Incluso, en ciertos zoológicos del país se paga la entrada con algún producto de la canasta básica.
Sin embargo, los merideños han ideado una estrategia más innovadora y se organizaron ante la ausencia de visitantes que generen ingresos suficientes para el mantenimiento de este espacio. Desde Cormetur se establecieron alianzas estratégicas con la empresa privada, con algunos merideños que están fuera del país y con colaboradores con capacidad económica que se encuentran en la ciudad, para crear el programa de apadrinamiento de los animales del zoológico.
Este programa de apadrinamiento cubre un 20% de los costos de alimentación, otro 30% proviene de lo obtenido por cobro de las entradas al zoológico y el resto es financiado con los aportes de la Gobernación de Mérida y Cormetur.
Según Millán, ha sido un trabajo bastante arduo, de mucha dedicación y con un alto sentido de altruismo en pro del mantenimiento de los animales y de que siga funcionando el zoológico. La iniciativa, además de buscar recursos, es parte de la necesaria formación educativo-ambiental que permite la conservación de cada una de las especies que habitan en el parque Zoológico Chorros de Milla.
“A pesar de las dificultades, hemos logrado salir adelante. Hemos podido mantener en buen estado a nuestros animales del zoológico y con buena alimentación durante todo el 2020. Ahora este año buscamos paliar un poco la situación cuando las cosas están mucho más caras y más difícil de adquirir ante los problemas económicos del país”, aseveró Millán.
Menos especies
El Parque Zoológico Chorros de Milla contaba hace algunos años atrás con especies como el cóndor, rey zamuro, águila de copete, puma, jaguar, cunaguaro, danta, venado caramerudo, mono araña negro, mono capuchino, papión sagrado, león, entre otros. En la actualidad, el número de especies ha disminuido, no tanto por falta de comida, sino por que los animales son de edad avanzada y han ido falleciendo.
Según el presidente de Cormetur, los animales del zoológico son, en su mayoría, de edad avanzada. “El oso, por ejemplo, ya cumplió 31 años, su expectativa de vida es de 30 años. Los felinos, el más joven tiene 8 años, su expectativa de vida está entre 12 años y 15 años. El año pasado, por ejemplo, falleció un jaguar, Zeus, un felino de gran tamaño”.
Millán comentó que ha ocurrido la muerte de animales por enfermedades crónicas, como es el caso de una puma que murió la semana pasada con un cuadro infeccioso y diabético, pero en su historia médica nunca se reflejó la diabetes, pero cuando se le hicieron las pruebas, ya era muy tarde.
Indiferencia gubernamental
La situación de los parques zoológicos en el país es de pronóstico reservado. En abril de 2020, El Nacional publicó una denuncia sobre los animales del Zoológico de Caricuao, los cuales estuvieron totalmente abandonados durante la cuarentena por la pandemia.
“Hay muchos llantos de los animales del Zoológico de Caricuao. No hay nadie y los animales se mueren de hambre. Por favor, ayúdame a denunciar, gracias”. Ese fue el mensaje que dejó en un tuit el periodista Dereck Blanco. Las denuncias no obtuvieron ninguna respuesta gubernamental, pues Inparques y el Ministerio de Ecosocialismo hicieron caso omiso.
También el Parque Zoológico Baradida, ubicado en Barquisimeto, estado Lara, sufre la crisis de falta de recursos para su funcionamiento. El pasado mes de septiembre, el portal punto puntodecorte.net publicó un trabajo especial sobre las condiciones de los animales del parque que “se mueren y nadie hace nada”.
Igual situación atraviesa el zoológico Parque Sur de Maracaibo, el cual ha sido víctima de robos, falta de recursos, pérdida de animales y deterioro total de sus instalaciones. Quizás una de las alternativas viables para salvar estos espacios sea la intervención de la sociedad civil conjuntamente con otras organizaciones, tal como se ha materializado en el Zoológico Chorros de Milla con el programa de apadrinamiento de animales.
Hay esperanzas
Luis Suescún, vendedor de fresas con crema y helado del parque merideño llega muy temprano a las instalaciones, prepara su negocio y sus productos, a la espera de las familias que visitarán el recinto. Está cargado de energía y también de esperanzas por la recuperación del turismo en la ciudad.
“Estamos nuevamente prestando el servicio, luego de la suspensión de actividades por la pandemia. Tenemos esperanza que con la vacunación se pueda reabrir completamente. En Mérida el sector turístico continúa de brazos abiertos para los visitantes nacionales e internacionales. Nosotros continuamos trabajando en el parque, porque tenemos la esperanza de que siempre va a venir una familia. El turismo bajó mucho, un 85% o 90% por la situación económica en principio, luego por la pandemia. Lo ideal es que se reactive el teleférico que es otro de los atractivos turísticos de la ciudad. Hay que seguir adelante sin desmayar”.
Mientras tanto Wolfang Schoop, visitante del parque, proveniente del estado Portuguesa, disfruta de este espacio natural y de las tradicionales fresas con crema. “El parque se ha mantenido, no en las mismas condiciones de otros años, pero se ve que la gente ha luchado por mantener el zoológico y se ve que los animales están bien cuidados a pesar de que las variedades de especies han disminuido, pero lo importante es que sigan aquí”.
Solo la fuerza de voluntad de los merideños y el apoyo de algunas organizaciones ha permitido que el parque Chorros de Milla continúe con las puertas abiertas. Ante la desidia del régimen chavista que ha acabado con estos espacios naturales en otras partes del país, está la constancia, el ingenio y la dedicación de muchos ciudadanos que hacen posible que se mantenga en pie este zoológico con más de 60 años de existencia.
Los interesados en colaborar en este programa pueden acercarse a la sede de Cormetur, al parque Chorros de Milla o visitando @parquezoologicomerida en Instagram encontrará toda la información necesaria.