“La distancia hizo que no llegaran a tiempo a pedir ayuda”, detalló la directora de Salud del Municipio de Colchane, Yolanda Flores.
Una mujer venezolana murió en la madrugada de este viernes en las cercanías de un paso fronterizo no habilitado próximo a la comuna de Colchane, en el límite entre Chile y Bolivia, elevando la cifra de muertos en esta inhóspita zona a 17 en lo que va de año y a 5 durante este mes.
“Una mujer de 63 años de nacionalidad venezolana falleció en el sector de los bofedales de Pisiga Carpa (el paso entre ambos países) tras presentar diversos problemas de salud”, afirmó la directora de Salud de la municipalidad de Colchane, Yolanda Flores.
El llamado de ayuda habría sido recibido por Carabineros -policía chilena- durante la noche del 21 de octubre, pero las largas distancias y la irregularidad del terreno dificultaron que los servicios médicos llegaran a tiempo para salvar la vida de la víctima.
“Al llegar al sitio del suceso nos encontramos con familiares, el hijo, el cual nos refiere que su madre contaba con enfermedades de base como hipertensión e hipertiroidismo”, señaló el médico del centro de urgencias de la localidad, Guillermo Tapia.
Para el alcalde de Colchane, Javier García Choque, el caso se trata de un triste suceso que enluta al continente: “Una familia que viaja desde tan lejos en busca de un lugar donde sembrar sus sueños no merece perder de esta manera a un ser querido”.
“Reitero el llamado a los migrantes de suspender sus viajes hasta que se abran legalmente las fronteras, a las autoridades continentales les digo que deben entender que no podemos permitir que el fenómeno migratorio tenga como costo la pérdida de las vidas humanas, deben abrir un diálogo abierto y transparente con los actores de cada territorio”, sentenció.
Desde febrero, la zona de Colchane, ubicada en pleno altiplano chileno, es el epicentro de una crisis migratoria que se agudizó con el transcurso de los meses y que actualmente tiene a cientos de personas indocumentadas asentadas en espacios públicos de las ciudades al norte de Chile.
Frente a la crisis, que tuvo su momento más crudo a finales de septiembre cuando una marcha antimigración terminó con la quema de carpas y pertenencias de familias venezolanas que pernoctaban en la calle en un ataque que fue catalogado como xenófobo, el Gobierno chileno anunció la construcción de varios albergues.
Con el objetivo de frenar la entrada irregular, el presidente chileno, Sebastián Piñera, promulgó en abril pasado una nueva ley de migración más estricta que obliga a los extranjeros a obtener visados en sus países de origen y permite las deportaciones.
Desde entonces han sido expulsados al menos en cinco vuelos chárter más de medio millar de personas de distintas nacionalidades.
Según el Departamento de Extranjería y Migración, en Chile hay 1,4 millones de migrantes, lo que equivale a más del 7 % de la población, y los venezolanos son los más numerosos, seguidos de peruanos, haitianos y colombianos.
Con información de EFE y 24horas