Cada vez que Ronaldinho visita París, no pasa desapercibido. Y menos si salta al campo de juego en ocasión de un partido del PSG con Lionel Messi en cancha, tal como sucedió el martes pasado en Parque de los Príncipes previo al cruce con Leipzig por la Champions League. El brasileño disfruta de unos días libres en la capital francesa y se prepara para asistir al clásico entre Olympique de Marsella y el París Saint Germain el próximo domingo, así lo reseñó INFOBAE.
En una entrevista con el medio Le Parisien, habló de todo. “Messi y Neymar son amigos. Jugamos juntos y somos amigos. Esta no es una historia de ídolos o fans. Es una historia de amigos e incluso muy buenos amigos. Siempre que tengo la oportunidad de estar con ellos es un momento muy especial”, contestó cuando le preguntaron qué se sentía haber sido el ídolo futbolístico del rosarino y su compatriota.
Sobre Leo, a quien conoció cuando saltó de la cantera del Barcelona en 2003, mencionó: “Cuando llegué al club ya se hablaba de un joven fantástico. Y después, cuando entrenamos juntos, vimos su calidad. En cada entrenamiento, en cada partido, entendimos que era diferente. Fue un placer verlo hacerlo. Rápidamente nos acercamos mucho y se convirtió en un verdadero amigo”.
Ronaldinho, quien lució la camiseta del PSG de 2001 a 2003 luego de debutar como profesional en Gremio de Porto Alegro, se refirió al asombro que le generó ver la llegada de Messi a su antiguo equipo: “Estoy muy feliz de verlo en el club que comencé en Europa. ¡No es algo que pensé que vería! (risas). Estaba seguro de que terminaría su carrera en Barcelona. Para mí fue una sorpresa. Como me gusta mucho el PSG, fue una linda sorpresa, pero nunca pensé que lo vería jugar en otro lugar que no fuera el Barcelona”.
En cuanto al ámbito personal, mucho se le criticó a Dinho que se excediera en las noches durante su carrera como futbolista. De hecho hay quienes creen que pudo haber sido mejor jugador si hubiera suprimido algunas de sus salidas nocturnas y fiestas. Él no se arrepiente de nada: “Estoy completamente feliz con todo lo que me ha pasado. El buen Dios me dio mucho. Tengo la suerte de haber experimentado cosas tan felices. ¡Así que no cambio nada!”.
Al trazarle un paralelismo con la actualidad de su coterráneo Neymar, opinó: “Cada uno tiene su propia vida, cada uno tiene lo suyo. Estoy feliz de verlo así, de ver que es uno de los mejores jugadores del mundo. Es nuestro ídolo. Es lindo verlo jugar así y brillar con Brasil”. Y las consultas por Ney persistieron: “No me gustan las comparaciones, cada uno tiene su propio momento. Todos pasamos por momentos difíciles. Pero creo que todos en Brasil saben que es el mejor jugador de hoy. Es solo que cuando las cosas no van bien, es más difícil para él. Porque es el más grande. Entonces es normal: cuando las cosas van bien, todo está bien; cuando no van bien, hay más presión sobre él. El mundo espera que marque la diferencia en cada partido y eso no es fácil”.
También hubo elogios para el francés Kylian Mbappé, uno de los actuales galácticos del PSG: “¡Qué jugador! Es de otra generación, pero te da ganas de verlo jugar. Es un buen chico. Es el estilo de juego que amo. El fútbol que todo el mundo ama. Con características de regate, velocidad, que me encanta. Son jugadores a los que me encanta ver jugar”. Y si bien no se animó a mencionar a un favorito para ganar el Balón de Oro este año porque “son todos amigos”, sí adelantó que en algún momento lo obtendrá el 7 del elenco parisino.
“¿Si el PSG puede ganar la Champions? Sí, también es posible. Es un equipo que puede marcar goles en cualquier momento. Cuando tienes grandes jugadores así, es difícil no imaginar que pueda pasar. Solo se necesita un poco de tiempo para que el juego caiga en su lugar. Tienes que acostumbrarte a jugar juntos. Es normal en el fútbol”, sentenció con optimismo.
El ex enganche brasileño de 41 años aseguró estar muy a gusto por el recibimiento caluroso en PSG y el hecho de sentir que la gente todavía lo ama ya que “lo que hice aquí todavía está en el corazón de la afición”. Junto a su hermano Roberto, al que se apegó mucho desde la muerte de su madre a principios de este año, se fijó en el crecimiento de la institución de París en el último tiempo, desde que pasó a ser administrado por los jeques árabes: “Se puso muy grande (risas). Pero, en mi época, también fue genial. Con muchos grandes jugadores. Y ahora están aquí todos los mejores del mundo. Bueno, este es un nuevo momento en la historia del club”.