Chespirito: El origen detrás del seudónimo del famoso comediante

Chespirito: El origen detrás del seudónimo del famoso comediante

El comediante es recordado por ser una de las personas más conocidas a una gran cantidad de países, principalmente en Latinoamérica (Foto: @LaTeleTuya)

 

Roberto Gómez Bolaños logró conquistar, no sólo a la audiencia de la televisión mexicana, sino también a gran parte de los países Latinoamericanos con más de un personaje

Roberto Gómez Bolaños es recordado por ser uno de los comediantes más importantes de la televisión, no sólo mexicana, sino también en gran parte de Latinoamérica. Sus personajes como el Chavo del 8, el Chapulín Colorado, el Chanfe, el Chompiras y el Doctor Chapatín son sólo algunos con los que el guionista logró conquistar a millones de personas.





Por Infobae

A pesar de que su nombre sea reconocido por diversos países del mundo, pocos conocen el origen de su pseudónimo y el por qué empezaron a llamarle de tal manera. En un par de entrevistas, Roberto Gómez Bolaños reveló que el nombre de Chespirito se puso un productor de cine.

“Me lo puso entre un director y un productor de cine, que fueron los primeros que llevaron a la pantalla grande un argumento escrito por mí, les gustó mucho y me alabaron, me elogiaron, me dijeron que era yo un Shakespeare pequeño, pero yo lo castellanice más y así quedó el nombre”, expresó el también dramaturgo.

Chespirito estudió Ingeniería Mecánica en la UNAM pero nunca se graduó (Foto: Rodrigo Varela)

 

A lo largo de su trayectoria en la televisión, el programa de sketches misceláneos acumuló 300 millones de espectadores en todo el globo terrestre, según la página oficial del comediante.

Roberto Gómez Bolaños nació el 21 de febrero de 1929, en Ciudad de México. Fue el segundo de los tres hijos que tuvieron Francisco Gómez Linares, un destacado pintor e ilustrador, y Elsa Bolaños-Cacho, una secretaria bilingüe. De pequeño estaba obsesionado con el deporte, de manera especial con el fútbol y el boxeo, y tuvo cierto éxito en los combates cuando era adolescente, según contaba, pero era demasiado pequeño para convertirse en profesional y, desanimado, acabó dejándolo.

Estudió Ingeniería Mecánica en la Universidad Autónoma de México (UNAM), pero nunca se graduó. Tenía 22 años cuando empezó a escribir guiones para radio, programas de televisión y películas, e incluso se inició fugazmente como actor a finales de la década de los 50.

Chespirito y su compañía actuando en el estadio nacional de Chile, durante el gobierno pinochetista Foto: Twitter

 

Cuando surgió, Chespirito no se llamaba así, sino Chespirotadas. Debe su origen a un programa semanal que se transmitía en la televisión mexicana durante los primeros años de la década de los 70: Sábados de la fortuna. Oportunidad que fue una casualidad, según narró Gómez Bolaños durante una entrevista.

“Yo tuve una oportunidad excelente, un productor, Sergio Peña, fue el primero que me dijo: ‘Tengo un programa, se llama Sábados de la fortuna. Tengo dos espacios de diez minutos, te los doy para que hagas todo lo que quieras’. Empecé a hacer en uno de esos espacios un sketch que se llamaba La mesa cuadrada, una burla de las mesas redondas. Tuvo tanto éxito que me dieron un programa completo para mí, ya sacándolo de ese programa”, recordó Chespirito.

Durante su emisión, se presentaron algunas escenas cómicas como las aventuras del “Chapulín Colorado” un superhéroe mexicano con mucha valentía que parodiaba a los héroes estadounidenses. Concepto que Gómez Bolaños ya había desarrollado desde mucho tiempo atrás y que incluso intentó vender, sin éxito, a otros actores para que lo interpretaran.

El cast completo de El Chavo del 8 en una de sus giras por Latinoamérica (Foto: @KarlaCalle)

 

El programa se transmitía todos los lunes a las 8:00 pm por el Canal 8 y levantó el rating a niveles insospechados. Aquello puso en alerta a la competencia de la televisora, el Canal 2, que pronto buscaría que Chespirito fuera parte de su oferta.

Una vez que se formó Televisa, El Chapulín Colorado y El Chavo del Ocho tuvieron un espacio independiente de media hora cada uno por orden de Emilio Azárraga Milmo, quien era el dueño de la televisora. Así que el resto de los personajes del programa, como el Doctor Chapatín y Los Caquitos, tuvieron un segmento ocasional durante ambas series televisivas.