La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, se puso este sábado una tercera dosis de la vacuna de Moderna contra la covid-19, una semana después de que las autoridades sanitarias estadounidenses autorizaran la administración de las inyecciones de refuerzo de ese laboratorio para colectivos vulnerables.
A pesar de que Harris no es mayor de 65 años ni tiene afecciones preexistentes, los reguladores de EE.UU. también permiten la tercera dosis para personas que tienen trabajos con alto riesgo de exposición al virus.
En este sentido, la Casa Blanca justificó que Harris viaja con frecuencia e interactúa con una amplia gama de personas, lo que la autorizó para recibir el refuerzo.
Después de ser inoculada por tercera vez contra la covid-19, Harris alentó “a todas las personas que puedan ponerse” el refuerzo para que lo hagan.
“Como hemos dicho desde el principio: las vacunas son gratis, son seguras y te salvarán la vida”, aseveró Harris tras ser vacunada.
Harris siguió los pasos de Biden, que recibió su tercera inoculación el pasado 27 de septiembre, en este caso de Pfizer.
En el caso de Moderna, igual que en el de Pfizer, se aprobó la dosis de refuerzo a administrar seis meses después de recibir la segunda para los mayores de 65 años, así como para personas con enfermedades inmunosupresoras o que vivan o trabajan en lugares de riesgo.
En ese grupo entran los mayores de 65 años, los adultos con enfermedades como la diabetes o la obesidad y los trabajadores con mayor riesgo de contagio —como sanitarios, profesores o empleados de tiendas de alimentación—.
Hasta ahora, Pfizer ha asegurado que la tercera dosis ha mostrado una protección del 95,6 % contra los contagios de covid-19 y se comporta de manera “segura y tolerable”.
Aproximadamente dos tercios de los estadounidenses, casi 221 millones de personas, han recibido al menos una inyección contra la covid-19 y casi 17 millones han recibido refuerzos, según datos oficiales.
EFE