“Los celos no son motivos para matar a alguien, nadie puede ser dueño de la vida de otra persona”, esta fue la fuerte reflexión de Argenis Ledezma, mejor conocido como “el Monstruo de Mamera”, 41 años despues de una de las tragedias y crímenes más horrendos de la historia de Venezuela.
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El distinguido de la antigua Policía Metropolitana (PM), relató en una entrevista con Luis Olavarrieta, que se siente muy arrepentido de lo sucedido y que en parte tiene responsabilidad en el deterioro de las instituciones públicas y esa gran mancha que ahora se puede ver en todos los organismos.
Fue el 11 de enero de 1980, cuando desaparecieron los adolescentes Douglas Nieves, de 16 años y Efraín Irausquín, de 17 años, habitantes del barrio San Pablito de Caracas. Y el 17 de enero también ocurrió lo mismo con Martín Enrique Mijares, de 14 años. Los tres jóvenes eran vecinos y amigos.
11 meses después, en el año 1981, el funcionario policial confesaría que mató y sepultó a los tres adolescentes, un suceso que todavía está en la memoria colectiva de los ciudadanos.
“Cuando uno mata a alguien mata algo de uno mismo, yo lo viví y lo he padecido. En los 19 años que duré en la carcel vi tantas cosas”, agregó en su relato.
Argenis Ledezma agrega que aprendió a ver las oportunidades que ha tenido de forma “positiva” y de lo que más se arrepiente es de causarle un dolor profundo a su madre.
Cerró su corta entrevista pidiendo a las personas más reflexión y que “antes de cometer cualquier locura cuenten hasta 100 y si es necesario lleguen a mil”.
Aquí toda su versión: