El Banco Central de Venezuela (BCV) emitió una resolución en la cual suspende de manera indefinida el otorgamiento de permisos de funcionamiento a operadores no bancarios de medios de pago, una medida sorprendente cuando, precisamente, se anuncia como premisa la masificación de los medios digitales para la realización de transacciones y al bolívar reexpresado se le apellida “digital”.
Efectivamente, la autoridad monetaria ha hecho reiteradas advertencias a la banca sobre la obligatoriedad de gestionar transacciones con operadores autorizados y a amenazado con sanciones si se materializan pagos a través de billeteras digitales no autorizadas.
En la página web del Banco Central de Venezuela aparecen solo cinco empresas autorizadas como proveedores no bancarios de servicios de pago: Mueve Soluciones, Vippo, Digo Pagos, Lanzapagos y Pagonet.
La decisión del BCV tiene como trasfondo un debate que existe en el seno del oficialismo sobre cómo manejar la dolarización de la economía. Mientras un grupo de “pragmáticos” persiste en mantener una política relativamente amplia con el fenómeno, que incluso puede favorecer la intermediación financiera en moneda extranjera; otro sector más “ortodoxo” presiona por medidas concretas que hagan retroceder la circulación de divisas foráneas y reimpongan la primacía del bolívar.