La cantante Lady Gaga volvió a sacar a relucir sus grandes dotes como actriz en la nueva película de Ridley Scott, House of Gucci. La cinta narra la trayectoria de los propietarios de la casa de moda italiana y, en lo que al trabajo de la intérprete se refiere, ofrece además un crudo retrato de Patrizia Reggiani, la socialité a la que se acusó, en 1998, de contratar a un asesino para acabar con la vida de su exmarido Maurizio Gucci, nieto del fundador de la marca.
Por Quién
La estrella del pop reconoció en su última entrevista que llevaba años preparándose para un papel que, además de ser muy complejo y lleno de aristas emocionales, ha traído consigo un impacto psicológico de relevancia para la artista. Tanto es así, que llegó un momento en el que la Gaga no era capaz de disociar su personalidad de la de Patrizia, hasta el punto de que seguía hablando como ella y pensando en sus términos una vez concluida la jornada de rodaje.
“Tuve algunas dificultades psicológicas hacia el final del rodaje. Quizá estaba en mi habitación de hotel y hablaba y vivía como si fuera Reggiani, y lo mismo en el set de rodaje. Una vez fui a Italia para dar un paseo y me puse un sombrero como los que lucía ella. No había dado un paseo como tal en dos meses y entré en pánico, porque seguía pensando que estaba en el rodaje”, confesó en conversación con la edición británica de la revista Vogue.
Para bien y para mal, Lady Gaga y Patrizia Reggiani no llegaron a separarse prácticamente en los tres años previos al estreno del filme, que llegará a los cines de todo el mundo a partir de la última semana de noviembre. “Llevaba tres años preparando el personaje, y he vivido como ella durante el último año y medio. He estado hablando con acento italiano durante nueve meses. Nunca rompí el vínculo cuando me encontraba fuera de plano”, aseguró.
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