Todos los días, y hasta cada hora, sin darte cuenta, tomas decisiones, pequeñas decisiones, decisiones de mediana dimensión, que modelan tu presente y pueden, de algún modo, afectar tu futuro. Desde que te levantas comienzas a decidir, desde la selección del color de la corbata, o del vestido, hasta cambiar la ruta para ir al trabajo, detenerte a tomarte un café, o cambiar detalles de una presentación de trabajo mientras te desplazas al trabajo, acá estamos hablando de más de cuatro decisiones que ya has tomado, sin siquiera haber llegado a la oficina. Todas son decisiones, unas con mayor impacto que otras, pero decisiones al fin.
Sin embargo, hay determinaciones que van mucho más allá por sus consecuencias o impacto, esas especialmente relevantes que tienden a hacer cambios profundos. Y son esas, las decisiones cruciales, las que cuesta tomar.
Una decisión crucial es una elección que guarda relación directa e impacta en el logro de una meta significativa, por lo general está relacionada con el proyecto de vida de una persona. Por ejemplo, cuando sientes que debes renunciar a un trabajo que te ahoga, cuando vas a iniciar o debes romper un compromiso sentimental, casarte, ser padre o madre, cambiar de profesión, o aceptar una oferta de trabajo en otra ciudad o país, al invertir tu capital, emprender o abandonar hábitos que han estado allí toda tu vida, como fumar, comer carnes rojas, tomar bebidas alcohólicas o gaseosas. Cuando debes tomar decisiones que afectarán todos los aspectos de tu existencia.
Cuando una persona toma decisiones asume el control de su vida y se adueña de su destino. Y es que todas las decisiones que tomes, sean trascendentales o no, todas son importantes, es por ello que vale la pena tomar conciencia de ello, entender que toda decisión trae consecuencias y debes estar preparado para ello.
Dueña de mi destino, así me sentí por ejemplo cuando tomé la decisión que cambiaría mi vida para siempre, partir de Venezuela, mi país donde nací, me formé y donde dejé a mi familia; no fue una decisión para nada fácil, iniciar un camino que poco conocía, otras culturas, otra vida. Tampoco fue una decisión fácil reinventarme al iniciar un negocio y una nueva profesión con ActionCOACH. Pero al día de hoy, miro hacia atrás y me siento satisfecha y feliz por haber tomado esas decisiones, porque gracias a ellas, estoy acá y soy lo que soy.
Este ejercicio que acabo de compartir contigo, quiero que también lo hagas contigo mismo, detente unos minutos para preguntarte, ¿Cómo has llegado hasta acá? Que decisiones haz tomado, cuales son las consecuencias que haz enfrentado a raíz de esas decisiones y te han llevado a este camino, o que decisiones haz dejado de tomar que te mantienen estancado en el mismo lugar.
Toma lápiz y papel y escribe esas grandes decisiones del pasado, las iniciativas que asumiste y sus consecuencias en tu vida cotidiana.
Enumera estas grandes decisiones de las que tengas conciencia y la influencia que han tenido en tu existencia.
Luego de esta mirada a tu pasado, enfócate en el presente, trata de visualizar y determinar esas decisiones cruciales que estas requiriendo en este momento, plasmando además las ventajas que podría generar en tu vida tomarlas, esto te motivará a asumirlas.
En esta lista decisiones determinantes para tu vida que estas definiendo hoy, establece también las prioritarias. Lo importante e interesante de este ejercicio es que te permite visualizar tu realidad, y asumir el control de tu destino.
Y si luego de este ejercicio, aun dudas ante una decisión crucial, hay una serie de interrogantes que siempre me planteo a la hora de tomar una decisión, estas preguntas me sirven de guía, y mi intención al compartirlas contigo también es para que te sirvan de apoyo:
Pregúntate por ejemplo:
¿Por qué estás haciendo esto?
¿Qué quieres lograr en esta situación?
¿Esta decisión te ayudará a lograr la meta?
¿Qué esperas que suceda?
¿Qué esperas que pase y qué crees que pasará?
¿Qué beneficios esperas conseguir? ¿A quién beneficiará si tomas esa decisión?
¿Cuáles son las consecuencias de tu decisión? ¿A quiénes afectarán esas consecuencias?
Todas estas preguntas te ayudarán a medir el impacto de cada decisión, por ende a desechar las malas decisiones y hallar alternativas de solución. Al racionalizar el proceso y al tomarte un tiempo y espacio para hacer este ejercicio, estás haciendo a un lado la emocionalidad y concentrándote en la solución.
Esto no hará más fácil tomar una decisión crucial en tu vida o en tu negocio, pero sin duda, te facilitará el proceso de tomarla y de asumir el control de las circunstancias.
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