De Tiberio se rumorearon un montón de perversiones en su villa de Capri; de Calígula, que era un monstruo; de Claudio, cierta discapacidad; de Cómodo, una actitud muy agresiva; de Heliogábalo, despotismo oriental… Rumores, sospechas, difamaciones, a veces verdades, de un Senado apartado del poder, pero con la propaganda y la escritura en sus manos. Cada emperador tuvo que lidiar con su propia leyenda negra, de modo que hoy es difícil separar la realidad de la mentira.
Por ABC
1.º Julio César no fue el primer emperador
Es una de esas preguntas del trivial que más falla la gente que no está familiarizada con la Antigüedad. Julio César no fue el primer emperador de Roma. El político romano tuvo una carrera pública bastante convencional. Tras la muerte del dictador Sila, que recelaba de Julio César por sus lazos familiares con Cayo Mario, el joven patricio ejerció por un tiempo la abogacía y fue pasando por distintos cargos políticos.
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