Imagina que vas caminando por la calle y de repente te agachas para amarrarte un cordón del zapato que llevas suelto.
Detrás de ti viene un señor caminando afanado con un café hirviendo en la mano, no se da cuenta de que estás ahí agachado, se tropieza contigo, se le derrama el café en la mano, se quema y tiene que ir a urgencias a que lo curen.
El señor del café es un piloto y por el accidente no puede llegar al vuelo que tenía programado.
El vuelo se retrasa.
Una de las pasajeras del vuelo viajaba a una entrevista de trabajo, y como no llegó a tiempo, perdió el empleo.
Otro era un hombre que viajaba a su boda y dejó a la novia plantada en el altar.
Y también había una pareja de hermanos que querían despedirse de su abuela que sufría una enfermedad terminal y no pudieron darle el último adiós.
¿Te das cuenda del caos que formaste?
Ese detalle aparentemente insignificante, de que te hayas amarrado el cordón justo en ese momento y en ese lugar, desató una serie de sucesos muy distintos a los que todos se esperaban.
Pero tranquilo, si algún día esto te ocurre en la vida real no vayas a sentir remordimiento, lo que ocurrió no es más que la Teoría del caos y su Efecto mariposa en acción.
Ambos conceptos están presentes en nuestra vida diaria, nos ayudan a entender cómo funciona el universo y sirven como principio básico para desarrollar nuevas tecnologías y aplicaciones en varias áreas del conocimiento.
Veamos de qué se trata.
El Efecto mariposa
Comencemos por el Efecto mariposa, que ha inspirado a escritores, cineastas, artistas y también a científicos.
En 1952 el escritor de ciencia ficción Ray Bradbury publicó el cuento “El sonido del trueno”.
En el cuento un personaje pisa una mariposa, y ese pequeño detalle tiene grandes consecuencias, tanto que incluso hace que un líder fascista llegue al poder.
En 1961, lo que hasta entonces era ficción se convirtió en una realidad científica.
Ese año, el meteorólogo Edward Lorenz trabajaba en un modelo matemático para el pronóstico del estado del tiempo.
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