El venezolano Antonio Azzato, hijo de migrantes europeos, descubrió en el arte una pasión por tomar cualquier pieza que estuviera a su disposición y hacer de algo simple, una magistral interpretación moderna que esté al alcance de todos. “Es un trabajo muy fuerte, nadie se imagina cómo es. Es un sin parar”, contó.
Reconocido por colmar las calles de Madrid con más de 250 Meninas, Azzato se ha convertido en un vanguardista del arte urbano y del “reinterpresionismo”, un término que espera imponer de moda. Con un presente lleno de propuestas innovadoras y un enfoque constante en la creación de obras únicas, nos habla sobre su nuevo proyecto “Velázquez Tech” y revela lo que le depara próximamente.
Por: Elizabeth Gutiérrez y Luis Eduardo Martínez | lapatilla.com
De Caracas a Madrid
La pasión por su oficio inició desde muy temprana edad cuando comenzó a trabajar con su familia fabricando muebles en Venezuela. Comentó que desde pequeño tuvo la oportunidad de diseñar muebles. “Hacía técnicas de intervención artística sobre los muebles defectuosos. Me llegaban muebles defectuosos de China y en vez de botarlos, los intervenía, y los sacaba a las calles“.
Las personas se acercaban para tomarse fotos con sus reinterpretaciones y fue cuando supo que era dueño de un gran potencial. “Resulta que se vendían tres veces más por un precio mayor que si fuesen nuevos. Entonces, ahí salió un poco el tema de llevar el arte a las calles“.
En Nueva York, Azzato forjó su carrera al estudiar interiorismo en diseño, y aprendió técnicas que luego utilizaría para intervenir sus esculturas. Pero todo dio un giro inesperado cuando decidió mudarse a Madrid.
“Estaba en el museo del Prado, admirando el cuadro de las Meninas. Soy fanático siempre de [Diego] Velázquez. Vi a una persona llorar mientras veía el cuadro y dije: ‘Guao, aquí pasa algo. Hay que investigarlo’. Después de investigarlo en profundidad, me di cuenta que era uno de los cuadros más reinterpretados de la historia del arte y que Velázquez nos dejó una icónica por descifrar y es qué pintaba detrás de ese lienzo”, explicó.
Al poco tiempo, tomó fuerza la idea de crear esculturas en blanco y representar en ellas parte de la cultura de la ciudad que lo acogió, y a su vez, transmitir lo que él considera es el mensaje que intenta reflejar Velázquez en la sociedad.
La influencia de Azzato, quien ha pasado por la fotografía, la pintura, y ahora por la escultura, también estuvo marcada por Jackson Pollock y Romero Brito, este último, quien ha masificado sus obras para estar al alcance de todos. “Para mí todo es arte. Un llavero, una taza, un cuadro, una escultura grandísima, pero tiene que estar al alcance de todos. Sin duda, me he dejado influenciar por él”.
Meninas en tercera dimensión
La silueta de las Meninas, se convirtió en su obsesión. Quedó enganchado a la primera, y explicó cómo un cuadro majestuoso de la realeza pasó a reivindicar y a darle protagonismo a los marginados. “Ese cuadro no se llamaba Las Meninas, se llamaba La Familia de Felipe IV y 200 años después de que se pinta se le cambia el nombre. Se les llama Las Meninas porque eran las sirvientas de la época”.
Sabía el reto que suponía presentar su proyecto al ayuntamiento, pero se arriesgó y la idea gustó. Rápidamente recibió carta blanca de la alcaldesa de Madrid para entonces, Manuela Carmena, quien creía fielmente que Las Meninas podrían ser el ícono de la ciudad en el mundo, aunque el respaldo económico, no fue tarea sencilla por el escaso atractivo que resultaba para futuros patrocinantes.”Lo más difícil fue hacer que las marcas creyeran en este proyecto cuando nadie te conoce”, dijo.
Las Meninas Madrid Gallery tienen 4 años consecutivos exponiéndose de manera ininterrumpida y la receptividad aumenta cada vez más. “Pensé que esto era una exhibición que iba a pasar solo un año y el ayuntamiento me lo ha vuelto a pedir porque es uno de los eventos que más repercusión mediática, cultural y visibilidad tiene en Madrid cada año“, manifestó.
Y con todo eso, recordó la escultura que representó un desafío superior. “El mayor reto fue cuando me comisionaron hacer una Menina para conmemorar los 25 años de la serie de televisión Friends. A esa Menina se le incluyó el mítico sofá de la serie al lado siendo la Menina más exitosa de todas las exhibiciones. Recibió un promedio de 10 mil personas diarias solo para hacerse fotos con esa Menina todos los días frente al Palacio Real de Madrid, donde estuvo ubicada”.
El museo del futuro
Antonio es un artista que vive para el arte. Luego de lograr conectar a niños, jóvenes y adultos con su creatividad, se planteó la misión de armonizar sus piezas a la tecnología mediante un lenguaje interactivo moderno. “Por eso, hoy en día creé un museo interactivo, inmersivo, en la ciudad de Madrid que se llama Velázquez Tech, donde las personas tienen una inmersión en el arte, pero es de la tecnología”, resaltó.
Según compartió, en este espacio se encuentran exhibidas una gran variedad de Meninas con técnicas del idiomatic y hologramas en el que pueden interactuar con Velázquez, tomar selfies con él, diseñar sus Meninas y verlas flotar en pantalla. “Estoy metido de cabeza en el nuevo museo que tengo. Es una atracción turística más de Madrid y quiero llevarlo a otras ciudades”.
Azzato ya tiene en mente las creaciones que presentará en Madrid para el siguiente año. Paralelamente, estudia cuidadosamente sus próximos pasos para impulsar su concepto a una escala mayor. Confesó que trabaja en un nuevo proyecto para llevar las Meninas a otras latitudes. Por el momento, está en conversaciones con Miami, Brasil y República Dominicana.
Un sueño por matizar
El trabajo del venezolano ha adquirido valor y admiración en el mundo, sin apartar el carácter humanitario de sus obras ya que algunas piezas han sido subastadas y lo recaudado se destina a fundaciones benéficas en Venezuela.
El deseo de este luchador apasionado es claro, pues espera volver a la tierra que lo vio crecer con orgullo y mucha responsabilidad. “Las palabras que siempre llevo conmigo de mi país son: Sabor, clima y la calidad humana”.
Además, agregó: “Todos los días de mi vida sueño con regresar a mi clima, con mi gente y que mis hijos crezcan en el lugar maravilloso donde crecí y desde el arte ayudar al país a tener visibilidad, a ser una potencia turística y a reconstruirse”.