El fin de la tregua de los talibanes paquistaníes debilita las esperanzas de paz

El fin de la tregua de los talibanes paquistaníes debilita las esperanzas de paz

EFE/EPA/STRINGER/Archivo

 

 

 

 

 

La decisión unilateral del principal grupo talibán paquistaní, el Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), de poner fin al alto el fuego acordado con el Gobierno, puso en suspenso las posibilidades de alcanzar una paz duradera, y levanta las preocupaciones sobre el aumento de las tensiones con el vecino Afganistán, gobernado por los islamistas.

El acuerdo firmado el 8 de noviembre pasado, en el que los talibanes afganos figuraban como mediadores, concluía ayer con la posibilidad de extenderse si ambas partes alcanzaban un acuerdo, sin embargo esta oportunidad quedó disuelta por los talibanes paquistaníes que acusan al Gobierno de incumplir con los compromisos.

Aunque hasta el momento no se ha reportado ningún incidente, Mufti Noor Wali Mahsud, jefe del TTP, pidió a sus combatientes que reanudaran hoy los ataques, una vez pasada la medianoche de ayer.

“Ni la parte mediadora ni el Gobierno han hecho nada, por lo tanto, pasada la medianoche, nuestros combatientes se reservan el derecho de reanudar los ataques donde sea que estén”, dijo el jefe del TTP en un comunicado.

De momento, el Gobierno de Pakistán no ha hecho comentarios al respecto.

El TTP es un paraguas de varios grupos tribales creado en 2007 que ha luchado durante años para derrocar al Gobierno de Islamabad, para imponer un Estado islámico y es aliado de los talibanes afganos. Sus ataques han dejado unas 80.000 víctimas mortales, según datos oficiales, entre ellos el atentado que casi costó la vida de la premio Nobel más joven del mundo, Malala Yousafzai, en 2012.

Para el analista de seguridad Talat Masood, el anuncio del TTP “es un serio revés para el Gobierno que no ha logrado vencer completamente a la militancia insurgente a través de operaciones militares y quería resolver el tema de manera pacífica”, indicó a Efe.

EL FALLIDO ACUERDO

Según el grupo militante, las partes acordaron que el Gobierno talibán afgano, que tomó el poder de Kabul el pasado 15 de agosto, desempeñaría el papel de mediador y que ambas partes formarían un comité para discutir el curso de acción futuro para avanzar en el proceso de diálogo.

El TTP dijo en su declaración que el Gobierno también acordó liberar a 102 prisioneros que serían entregados a través de los talibanes afganos, algo que aseguraron que no se ha cumplido.

La violencia terrorista ha disminuido notablemente en Pakistán desde que el Ejército lanzó una operación en las zonas tribales del noroeste en junio de 2014, que más tarde amplió al resto del país, lo que debilitó al TTP.

Pero en los últimos meses con la retirada de las fuerzas extranjeras de Afganistán y los talibanes tomando el control del país vecino en agosto, el TTP intensificó sus actividades, especialmente en el cinturón tribal del país fronterizo con Afganistán.

Según datos emitidos por el Instituto de Estudios para la Paz de Pakistán, el TTP llevó a cabo 95 ataques en total el año pasado, en los que murieron 140 personas. El grupo afirmó haber llevado a cabo 44 ataques solo en tres meses, de julio a septiembre de este año, cobrando 73 vidas, en su mayoría personal de las fuerzas de seguridad.

“El TTP está ahí, no están terminados”, dijo Talat que cree que “el grupo aún está en condiciones de realizar ataques como lo han demostrado en los últimos meses”.

DESTINADO AL FRACASO

Las exigencias tanto del TTP como del Gobierno para avanzar en un diálogo fueron siempre vistas como inaceptables entre sí , por lo que para algunos analistas estas conversaciones estaba destinadas a fracasar.

“Ellos (TTP) nunca se tomaron en serio las conversaciones, ya que quieren que el Gobierno acepte sus demandas, incluida la imposición de la ley Sharia (ley islámica), que no es aceptable para el Gobierno”, dijo a Efe el analista político Zahid Hussain.

Con los talibanes afganos de mediadores, el fin de la tregua, despertó también la preocupación de que esto genere roces con Afganistán.

Pero para Talat el nuevo desarrollo no afectará las buenas relaciones ni romperá la confianza entre el Gobierno paquistaní y los talibanes afganos, con quien el Gobierno de Pakistán ha mantenido estrechas relaciones tras su llegada al poder.

De hecho, Pakistán ha sido el mayor mediador de los talibanes frente a la comunidad internacional para pedir ayuda humanitaria y apoyo al régimen islamista.

Los talibanes afganos han dicho reiteradamente a través de sus declaraciones que el TTP es un problema interno de Pakistán y que el suelo afgano no será utilizado por ningún grupo contra ningún país.

Esta no es la primera vez que fracasan las negociaciones entre los talibanes y el Gobierno, el ex primer ministro Nawaz Sharif intentó sin éxito en 2014 negociar un acuerdo para poner fin a años de derramamiento de sangre en esta nación del Sur de Asia de 220 millones de habitantes.

EFE

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