La falta de actividad desde el lunes por la noche, verificada en las pautas observables y las mediciones en los sistemas de vigilancia, corroboran el agotamiento del volcán de la isla española de La Palma, pero los científicos establecen un plazo de diez días sin incidencias para dar por finalizada la erupción.
El hecho de que finalice la erupción no quiere decir que haya terminado la emergencia, y el acceso a las zonas cercanas a las coladas y el regreso de los evacuados a sus casas requieren un “periodo de seguridad”, según los expertos del Plan especial de protección civil y atención de emergencias por riesgo volcánico en Canarias (Pevolca).
Miguel Ángel Morcuende, portavoz del comité técnico del Pevolca, indicó que los vecinos podrán regresar a sus viviendas “en un futuro más o menos cercano, pero no va a ser en breve”.
“Estamos estudiando y monitoreando las variables para que no haya problemas a la hora de volver con seguridad”, añadió.
La señal de tremor, característica de la vibración que produce el magma en el subsuelo al desplazarse hacia la superficie, se detuvo sobre las 21.00 GMT del lunes.
El volcán de Cumbre Vieja, en la isla canaria de La Palma, entró en erupción el pasado 19 de septiembre y, desde entonces, la lava ha cubierto 1.195 hectáreas de terreno, con coladas que han alcanzado una anchura máxima 3.350 metros, y más de 7.000 personas siguen evacuadas de sus casas.
EFE