Este fin de semana la lucha libre estadounidense vivió uno de sus episodios más escabrosos luego de que una sangrienta agresión contra un árbitro disparara un debate sobre los límites del show de combate más popular de Norteamérica. Lo que parecía tratarse de un accidente, luego derivó en una sospecha de ataque y finalmente se llegó a una verdad aún más estremecedora.
Es que los eventos de lucha libre suelen cautivar a millones de espectadores sobre todo en México y Estados Unidos, en donde los aficionados toman partido por alguno de los peleadores, quienes se ganan el amor o el odio del público en base a sus historias de vida. Es así que en general suele haber un grupo de los denominados villanos, que apela a la trampa sobre el cuadrilátero e ignora el reglamento, y otro bando de héroes, cuyos valores generan empatía con la audiencia.
En esta especie de circo de combate coreografiado suelen verse momentos vibrantes cuando los luchadores toman objetos como sillas, mesas, palos o cualquier tipo de herramienta que les sirva como arma para vencer a sus adversarios. Es allí en donde el público estalla y los niveles de rating se disparan. Lo mismo ocurre cuando dos o mas protagonistas se unen para vencer a un enemigo en común dejando de lado el reglamento y poniendo al show por encima de todo.
Es así que la creatividad de estos espectáculos parece no tener límites y este fin de semana eso quedó demostrado cuando en una pelea de lucha libre celebrado en Texas, Estados Unidos, el luchador Devon Nicholson, conocido popularmente como Hannibal, apuñaló en la cabeza al árbitro Lando Deltoro sobre el cuadrilátero. La imagen recorrió el mundo y escandalizó a millones de espectadores, quienes tuvieron que ver cómo la sangre chorreaba por la cabeza del juez, que recibió no menos de cuatro cortes en el cuero cabelludo.
Lo que parecía ser un ataque premeditado (como todos en la lucha libre) evidentemente se había extralimitado, por lo que la Policía local tuvo que intervenir. Pero, la sorpresa se la llevaron los agentes cuando el árbitro adelantó que no tenía planeado presentar cargos. ¿Cómo es que alguien que es apuñalado varias veces en la cabeza no quiere denunciar el hecho?. Esa fue la duda que invitó a las autoridades a investigar la situación.
Hannibal calificó el episodio como un percance en su canal de Youtube, al que se volcó el lunes para aclarar lo sucedido: “Ese árbitro fue contratado para sangrar. No arbitró ningún otra pelea“, explicó. “El único propósito por el que fue contratado era sangrar… Me dieron un accesorio para crear el efecto de arma en el combate. El accesorio me lo dio la oficina de World Class Pro Wrestling, y me lo dieron en el ring… Se suponía que este árbitro sangraría por los cortes con cuchillas de afeitar, que supongo que en realidad se cortó con las cuchillas de afeitar“.
En este sentido, explicó que se había comunicado con Deltoro: “Hablé con el muchacho al día siguiente. Dijo que éramos geniales. Él sabe que no quise lastimarlo. Le pedí disculpas. Si me hubiera dicho que se estaba lastimando, me habría detenido”.
De inmediato las dudas cayeron sobre el supuesto árbitro, quien usó su cuenta de Twitter para dar su versión de los hechos: “Escuché que podría haber dicho ‘alto’ en cualquier momento. Solo quería decir que es muy difícil hablar cuando tienes la rodilla de un hombre de 300 libras en tu espalda y luego te estrangulan mientras te apuñalan repetidamente en la cabeza con una punta de hierro“. Más tarde, dio un parte poco alentador de su estado: “Me desperté y todo el lado izquierdo de mi cabeza se siente como si estuviera en llamas y hay drenaje, definitivamente una infección, así que voy a entrar para que lo revisen“. ¿Esto seguía siendo parte del espectáculo o era real?.
El sitio The Daily Beast se comunicó rápidamente con el referee Deltoro, un ex veterano de guerra, quien tras pasar por el hospital para recibir atención médica, declaró: “No había visto tanta sangre desde Faluya. Fue espantoso”. Más tarde, un portavoz de la Policía le confirmó a TMZ Sports que el árbitro admitió haber acordado sangrar durante el combate a cambio de 75 dólares.
El escándalo generó que el dueño de la compañía de lucha libre, Jerry Bostic, anunciara que Hannibal ya no iba volver a pelear con ellos: “No puedo y no toleraré lo que pasó anoche”, delcaró al sitio TMZ. Por su parte, el peleador denunció que recibió amenazas de muerte en sus redes sociales y anunció que él fue quien decidió alejarse de la World Class Pro Wrestling.