Autoridades migratorias y defensores de derechos humanos coinciden que la crisis que se vive en la frontera sur expone a los migrantes a constantes abusos.
Milagros Ruesta, una migrante hondureña, en un desesperado intento por encontrar una vida mejor en Estados Unidos se puso en las manos de traficantes de personas y terminó viajando en una camioneta conducida por un joven de 15 años a alta velocidad.
Por Lenny Castro | VOA
La persecución terminó cuando la camioneta se atascó en un campo agrícola. Ruesta capturada por las autoridades de Hidalgo, Texas, contó a la Voz de América por qué busca asilo?.
“Vengo de mi país porque el papá de mi hijo casi me mata, y tengo pruebas, y vengo acá a México. Me secuestraron”, son las palabras que resumen su historia y su deseo de encontrar asilo en EE. UU.
Casos como el de Ruesta se cuentan por miles en la frontera sur. Al parecer, ni los controles fronterizos o los programas migratorios hacen desistir a los migrantes. En el área de La Joya, México, una zona donde a diario tienen lugar hasta dos persecuciones, la policía reportó la captura de 1.600 migrantes en los últimos dos meses.
Según el teniente Manuel Casas, de la policía de La Joya, es muy común que los Coyotes usen a menores de edad como conductores para transportar grandes grupos de migrantes.
Casas también es parte del operativo Lone Star del gobierno de Texas, que ha capturado más de 80.000 migrantes y registrado más de 1.000 persecuciones desde marzo hasta el mes pasado.
“Hemos tenido muchachos de 15 años manejando a velocidades de 100 millas por hora o más”, dijo a VOA.
El próspero negocio del tráfico de personas
Mientras las autoridades migratorias intentan frenar una cifra sin precedentes de inmigrantes irregulares intentando penetrar los puntos fronterizos entre EE. UU. y México, los traficantes de personas ven florecer su negocio, a menudo exponiendo a los migrantes a abusos, abandono e incluso el riesgo de muerte, según denuncian organismos humanitarios.
“Cuando las personas están desesperadas por abandonar sus países de origen o su lugar de residencia actual y no tienen los medios regulares para migrar, las opciones ilegales y peligrosas que ofrecen los traficantes son a menudo la única salida”, señala un informe reciente de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
Las medidas impuestas por la pandemia del COVID-19, como el cierre de las fronteras, aeropuertos y oficinas de tramitación de visados han exacerbado la emigración irregular, según el reporte.
“Quédate en México” empeora abusos
Muchas de las personas en movimiento son vulnerables a “riesgos de secuestro, extorsión, violación sexual y otros abusos”, explicó a la VOA Ari Sawyer, investigadora fronteriza de Human Rights Watch (HRW).
Sawyer puntualizó que un gran porcentaje de las personas que quieren cruzar la frontera buscan seguridad y han tenido que huir de sus países.
El polémico programa Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, por sus siglas en inglés), conocido como “Quédate en México”, obliga a los solicitantes de asilo en Estados Unidos a esperar en territorio mexicano por sus audiencias de inmigración.
Para Sawyer, el programa viola el derecho de esas personas a solicitar asilo en Estados Unidos.
“Están devolviendo [a México] a personas que realmente están muy vulnerables en la frontera”, donde quedan a expuestos a los abusos de organizaciones criminales, como narcotraficantes y carteles, que en algunos casos trabajan de forma coordinada con oficiales de migración mexicanos para “secuestrar a los migrantes”, dijo Sawyer.
El Instituto Nacional de Migración (INM) de México ha denunciado en repetidas ocasiones que muchos migrantes son víctimas de bandas criminales durante su trayecto hacia EE. UU.
En febrero, 12 policías mexicanos fueron detenidos por el asesinato de al menos 19 migrantes guatemaltecos, hecho bautizado como la “masacre de Tamaulipas”, que captó la atención de los medios de comunicación por la barbarie con que fueron asesinados, primero acribillados a tiros y luego incinerados dentro de un camión. Los agentes confesaron haberlos matado.
Otro incidente donde perdieron la vida unas 55 personas, la mayoría de ellos migrantes de Centroamérica, ocurrió a principios de diciembre, cuando un tráiler que transportan migrantes en el estado de Chiapas, en el sur de México, se volcó.
Luis Rodríguez, comandante de la Guardia Nacional, corroboró que 166 migrantes centroamericanos eran movilizados en el tráiler por traficantes de personas.
Según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), de enero a diciembre cerca de 650 migrantes han perdido la vida intentando cruzar la frontera entre México y EE. UU. El organismo señaló que esta es la cifra más alta reportada desde 2014.
Sawyer afirma que los abusos y las muertes, si se siguen enviando de nuevo a los migrantes a la frontera, solo empeoran.
“Vamos a ver las mismas cosas que antes, cientos de personas del anterior programa [MPP] aún están desaparecidas, sabemos que algunas han muerto”, afirmó.
Además, la investigadora señaló que la posibilidad de que se les conceda asilo disminuye ante el hecho que muchos de ellos no pueden contactar con algún representante legal, porque estos no están en México, y su única opción es a través de la tecnología, a la cual no tienen acceso.
Modificaciones al MPP
Luego de darse a conocer la reactivación del MPP, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) aseguró que implementaría cambios en el programa, entre ellos “ofrecer refugios y transporte seguro a los solicitantes de asilo en el proceso”.
Además, DHS se comprometió a agilizar los procedimientos y fijó un plazo de seis meses desde que un migrante regresa a México.
Jen Psaki, portavoz de la Casa Blanca, aseguró que los cambios fueron realizados con el propósito de “mejorar los componentes humanitarios”, pero también reconoció que “el programa sigue siendo ineficiente e inhumano”.
La Administración Biden suprimió el programa, sin embargo, un juez federal ordenó que lo reanudara, obligando con ello que cerca de 70.000 solicitantes de asilo permanezcan en territorio mexicano mientras se resuelve su proceso.
Pese a los cambios anunciados para el MPP, Sawyer recalcó que no hay forma de que “un programa diseñado para postergar el derecho a solicitar asilo obligando a las personas a esperar en sitios peligrosos” pueda operar de modo que se respeten sus derechos.
De acuerdo con cifras de HRW, hasta el mes pasado habían 26.505 solicitantes de asilo en listas de espera en ocho ciudades fronterizas mexicanas y existen más solicitantes que no están en ninguna lista.
México, nuevo país de destino
Según el INM de México, de enero a octubre ese país registró 108.195 solicitudes de asilo, un récord, según las últimas cifras oficiales. Las autoridades mexicanas reconocen que han pasado de país de tránsito, a país de destino.
Datos de la Unidad de Política Migratoria del Gobierno de México reflejan que entre enero y octubre de 2021, han interceptado a 228.115 migrantes, un 64% más que el año anterior. Mientras que las deportaciones llegan a 82.627, un 27 % más que en todo el 2020.
Más de una quinta parte de los migrantes detenidos en 2021 han sido menores de edad. Predominan los migrantes provenientes de Centroamérica:97.968 de Honduras; 64.733 de Guatemala; 18.988 de El Salvador; 17.516 de Haití y 10.960 de Nicaragua, para un total de cerca de 192.000.