El último reducto de los bosques alisios que cubrieron las llanuras de Venezuela y Colombia en la antigüedad, y que es también el hogar del mono araña —primate en peligro crítico de extinción—, se encuentra completamente amenazado por la deforestación y las invasiones ilegales, acciones que han provocado que de las 184.000 hectáreas que fueron declaradas como Reserva Forestal hace 60 años, ahora solo queden 7.000.
Por: RT
Este importante espacio de biodiversidad se encuentra en Caparo, estado Barinas, al suroccidente de Venezuela, un Área Bajo Régimen de Administración Especial (ABRAE) que a pesar de haber sido declarada como reserva, fue cedida hace más de medio siglo en concesión a empresas privadas para la “tala sostenible”.
La deforestación en Caparo ha llevado a la reserva a un punto crítico, donde el único remanente boscoso superviviente es el que está desde 1982 bajo la administración especial de la Universidad de los Andes (ULA) a través de la Estación Experimental Caparo (EEC), creada para la investigación científica y que en los últimos años se ha convertido en trinchera de lucha.
Puedes leer la nota completa en RT