Cientos de personas atestaron la iglesia Cristo Rey de Asunción para despedir al jesuita español Francisco de Paula Oliva, más conocido como Pa’i Oliva, auténtico referente en la lucha social en Paraguay, quien falleció este lunes a los 93 años.
Entre un silencio emocionado, aplausos y expresiones de cariño al sacerdote nacido en Sevilla (suroeste de España) el 14 de octubre de 1928, sus vecinos del Bañado Sur —populosa barriada de Asunción con graves problemas de saneamiento— le dieron este martes el último adiós.
“¡Que viva el Pa’i Oliva!”, “Por siempre en nuestros corazones” o “Gracias, Pa’i Oliva, por tanto” fueron algunas de las exclamaciones que se escucharon cuando el féretro fue trasladado desde el templo al vehículo que lo llevaría al centro jesuita Santos Mártires, en Limpio, en las afueras de Asunción, para la inhumación de sus restos.
Periodista y abanderado de las causas sociales, el sacerdote español Francisco de Paula Oliva —o Pa’i Oliva, en guaraní— falleció este lunes en el barrio donde se instaló en la última etapa de su vida y donde llevaba a cabo buena parte de su obra social.
Pese a ser natural de España, aseguró que haber pisado Paraguay por primera vez en 1964 fue “volver a nacer”.
“El país cambió mi pensamiento social y político. Hasta entonces, yo había vivido en España una religión separada de la realidad. En Paraguay me di cuenta de que, para que una fe sea auténtica, tiene que comprometerse con el entorno”, explicaba en una entrevista con Efe en 2015.
A raíz de esa “iluminación”, el jesuita se volcó en “ayudar a pensar a los jóvenes”, mediante la emisora de radio que fundó en la Universidad Católica de Asunción.
Su labor fue perseguida por la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), cuyo régimen le detuvo y expulsó a Argentina, donde vivió.
También lo hizo en Nicaragua y España, desde donde retornó a Asunción en 1996.
“Cuando volví a Paraguay, me recibieron como a un héroe, casi como un tipo de museo. Era muy aburrido. Así que decidí ir a vivir al Bañado”, relató en 2015 sobre esa barriada a la que apenas llegan los servicios del Estado o la municipalidad capitalina.
Allí predicó en varias capillas, mantuvo una escuela de formación secundaria, una radio comunitaria y un comedor para personas con discapacidad.
Además, fundó una cooperativa para madres solteras que trabajaban en una peluquería y un restaurante en el barrio.
En 2019, Oliva fue homenajeado por la Cámara de Senadores en un acto de reconocimiento que dijo aceptar en nombre del pueblo de Paraguay.
A comienzos de noviembre, en el transcurso de una visita al país suramericano, en la que conoció de primera mano la obra de la cooperación española, la reina Letizia pudo compartir tiempo con él.
EFE