El exmilitar colombiano Mario Palacios, acusado de participar junto a otros 20 hombres en el asesinato del presidente de Haití Jovenel Moise, confirmó su versión de los hechos ante un juzgado estadounidense, donde se le acusa de homicidio culposo y por lo cual podría pagar cadena perpetua.
Por semana.com
Mario Antonio Palacios, de 43 años, está acusado de participar “en un complot para secuestrar o asesinar” al presidente haitiano en julio pasado, afirma el Departamento de Justicia estadounidense en un comunicado.
Si se le declara culpable de los cargos que se le imputan, se expone a una pena de cadena perpetua. En reacción a la acusación formal, el primer ministro haitiano, Ariel Henry, dijo en un mensaje transmitido por su oficina a la agencia AFP, que quiere “que triunfe la justicia por el asesinato infame de Jovenel Moise, no solo para el ex presidente sino también para su familia y para nuestra nación”.
Este hombre, de doble nacionalidad haitiana y estadounidense, está detenido en Haití.
Los fiscales afirman en la demanda que “el 7 de julio de 2021, Palacios y otros entraron en la residencia del presidente en Haití con la intención y el propósito de matar al presidente Moise, y de hecho el presidente fue asesinado”.
Sin embargo, al hacer escala en el aeropuerto internacional de Tocumen fue detenido por las autoridades panameñas.
Según la directora del Servicio Nacional de Migración panameño, Samira Gozaine, tras su arresto, Palacios “aceptó acogerse a la extradición voluntaria por lo que anoche mismo (lunes) abordó un vuelo hacia Miami”.
Aunque varios haitianos, dos estadounidenses y unos 15 colombianos acusados de participar en el asesinato de Moise fueron encarcelados en la prisión de Puerto Príncipe desde el verano boreal, la investigación sobre el magnicidio no parece avanzar.
Crisis en Haití
El asesinato del presidente agrandó la profunda crisis política en la que Haití está inmerso desde hace años.
El primer ministro Henry también denunció haber sido blanco de un intento de asesinato.
Sin un parlamento funcional desde hace dos años y con un poder judicial paralizado, Haití, el país más pobre del Caribe, se hunde en una crisis de gobernanza.
El creciente control de las pandillas sobre el territorio nacional lastra las esperanzas de una mejora de las condiciones de vida para la población, víctima de secuestros cometidos a diario por las bandas armadas.
Al menos 950 secuestros fueron registrados en Haití en 2021, según el Centro de Análisis e Investigación de Derechos Humanos, con sede en Puerto Príncipe.