Una serie de extrañas formaciones subterráneas, muy por debajo de la corteza terrestre y cerca del núcleo de nuestro planeta, han despertado la curiosidad de numerosos geólogos en todo el mundo. Ahora, un equipo de investigadores de las universidades Nacional de Australia, Utah, Arizona y Calgary las ha estudiado a fondo con ondas sísmicas. Los resultados de su investigación se publican en “Nature Geoscience”.
Por ABC
Ahí abajo, a miles de km de profundidad bajo la superficie del planeta, existen lugares en los que la velocidad de las ondas sísmicas se reduce drásticamente. Conocidas como “zonas de ultra baja velocidad” (ULVZ), se trata de enigmáticas masas de roca más densa que el resto. Masas que pueden llegar a tener cientos de km de largo y decenas de km de grosor.
Y se sabe muy poco sobre su composición y su origen. ¿Forman parte de nuestro planeta desde el principio o se trata de fragmentos de mundos alienígenas que chocaron contra el nuestro?
La nueva investigación ha conseguido arrojar algo de luz al misterio y demostrar que estas grandes zonas están hechas de un material diferente por completo al de su entorno, y que se han mantenido prácticamente sin cambios durante miles de millones de años, lo que sugiere que podría tratarse de restos enterrados de la Tierra primitiva, fragmentos que proceden directamente del proceso de formación de nuestro planeta.
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