El referendo revocatorio contra Nicolás Maduro en Venezuela se convirtió en un proceso ambiguo cuya primera fase es “exprés”, no es factible y amenaza con fulminar ese mecanismo desde su mismo origen, advirtieron funcionarios, promotores de la iniciativa y analistas políticos.
Por: VOA
El Consejo Nacional Electoral (CNE) aceptó el viernes pasado las solicitudes de referendo revocatorio contra Maduro que hicieron tres organizaciones ciudadanas y aprobó que el miércoles 26 de enero se instalen 1.200 puntos en el país para recoger “manifestaciones de voluntades” de votantes.
El plazo para recoger las firmas será de solo 12 horas.
Roberto Picón, uno de los cinco rectores principales del poder electoral venezolano, consideró que el proceso, tal como está planteado, “no es factible”.
“Se tendrían que procesar cinco electores por minuto, por 12 horas, en todas las máquinas del país, sin margen de error”, escribió en Twitter. Tampoco hay tiempo de notificar a la ciudadanía sobre los sitios de recolección de sus datos para confirmar su deseo de convocar un revocatorio, explicó.
Picón, identificado como un funcionario cercano a la oposición venezolana, precisó asimismo que el evento del miércoles se realizará sin auditoría del software del CNE para evitar violaciones a su “integridad”.
La convocatoria exprés deja a las organizaciones solicitantes “sin tiempo” de nombrar testigos para todos los puntos, advirtió.
Este lunes, Picón dijo que “limitar la participación” en esta fase del revocatorio sería entendido como un “retroceso” por diversos actores políticos y fustigó que no haya en el país una ley de referendos que “limite la discrecionalidad” del poder electoral al momento de organizarlos.
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