El secreto mejor guardado de una mujer salió a la luz dos o tres días después de su muerte en un antiguo barrio de la ciudad de Corrientes, en Argentina: había compartido más de dos años de su vida con los restos mortales de su madre reposando en una cama, como si sólo estuviera durmiendo una eterna siesta en las tórridas tardes del Litoral.
Por: Clarín
A cinco días del hallazgo, los restos continúan en la morgue judicial porque ningún familiar se acercó a reclamarlos para su inhumación. “No pudimos localizar a parientes directos, tampoco a alguna familia amiga porque era una mujer que vivía recluida en la casa, casi sin contacto con sus vecinos. Nadie conoce sus historias”, dijo un oficial de la Policía de Corrientes que trabaja sobre el caso.
En las últimas horas apareció la versión de la posible existencia de un hermanastro de la mujer fallecida en la zona de Bella Vista o Goya, pero aún no se lo pudo hallar, admitieron las fuentes.
Los vecinos de Norma Gladis Traversaro (64), la mujer que convivió con los restos de su madre, aportaron algunos datos que sólo sirven para incrementar el misterio. Los peritos que trabajaron en la derruida vivienda de la calle Chubut 1561 sólo dejaron constancia de que no hallaron ningún indicio de muerte violenta. Los médicos forenses dijeron que sufrió un paro cardiorrespiratorio no traumático, quizás a causa de la ola de calor.
El viernes a la tarde, con la temperatura por encima de los 40 grados, los vecinos ya no pudieron soportar el olor nauseabundo que se colaba en sus casas y llamaron al 911. Hacía al menos tres días que no veían movimientos en la propiedad.
Un portón de rejas cerrado con cadenas y candado dificultó el ingreso. Norma tampoco lo abría. Sus vecinos contaban que salía de la casa por un agujero que había en los barrotes que daban algo de seguridad a la casa que evidenciaba la falta de mantenimiento y aseo por doquier. Las macetas que estaban en el patio del frente marcaban que hubo un pasado con plantas y flores, pero ahora evidencian sólo muerte y abandono.
Sin familia
Algunos vecinos le adjudicaban a Norma alguna enfermedad psiquiátrica. Un hermano había fallecido en un hospital especializado en esas patologías y una hermana que también vivió en el lugar murió a causa de cáncer.
La gente que vive en los alrededores contó que a la jubilada la vieron por última vez hace más de seis años. Otros hablan de dos años. Y que en una ocasión Norma les explicó que, por los problemas de salud que tenía su madre, había decidido alojarla en un hospital geriátrico. La respuesta pareció conformarlos. Madre e hija no habían forjado lazos de amistad en el barrio y solían evitar las charlas.
Algunos especulaban que la familia era oriunda de la localidad de 9 de Julio y que tuvieron en su momento una buena posición económica. Pero allí la Policía no pudo localizar a algún pariente. Ahora la búsqueda está centrada en Goya y Bella Vista.
Los policías que entraron en la casa de las mujeres hallaron tendida en el suelo a Norma, muy cerca de la cama donde reposaban los huesos de su madre. En el hall de acceso había dos bolsas con mercaderías y gaseosas que les había dejado el delivery que le acercaba víveres do o tres veces a la semana.
El hecho de que la vivienda tenía un único dormitorio hace suponer a los investigadores que Traversaro compartió todo este tiempo el espacio con los restos de su madre.
La fiscal de turno durante la feria, Andrea González, contó que en la casa no había servicio de energía eléctrica y el mobiliario se componía de una mesa, algunas sillas y no mucho más. En el dormitorio, sobre la cama, estaban los huesos de la anciana de la que sólo se conoce el nombre: Matilda. Su apellido todavía es un misterio. “Los peritos que analizaron los restos óseos nos confirmaron que son de una mujer adulta”, sostuvo la fiscal.
Delivery de comida
“En el hall de la casa había sendas bolsas con gaseosa, víveres y un kilo de pan que había sido envasado el 19 de enero. Creemos que falleció ese día, antes de la llegada del delivery”, agregó González.
En el garage de la vivienda, los agentes hallaron estacionado un auto que desde hace muchos años no era utilizado. Y sobre el portón de acceso al lugar Norma había colocado una enorme maceta pegada al piso.
Su patología psiquiátrica llevó a la mujer a alejar incluso al único primo que se había acercado en su momento con intenciones de retomar el vínculo familiar. “Nos contó que Norma no estaba bajo tratamiento médico, que no se dejaba ayudar y era una mujer difícil de tratar”, sostuvo uno de los investigadores.
Lo que sucedió en la casa de Chubut 1561 será un misterio que perdurará por siempre. Como los motivos que llevaron a Norma a ocultar la muerte de su madre durante más de dos años.