A veces lo que¿ muestran los influencers a través de las redes sociales en la mayoría de los casos es tun total espejismo, algunos viven de los patrocinio o colaboraciones que logran acordar con distintas marcas; los viajes, lujos y demás placeres que presumen en con su cámara, quizás pueda ser una fachada para ocultar la verdadera situación que están viviendo.
Con información de El Farandi
Un ejemplo claro de eso, es lo que está viviendo Valentina Mor, influencer venezolana radicada en Colombia, quien se hizo famosa por imitar el acento característico de la población de Antioquia.
Desde que logró la fama, Mor se le conoció como una celebridad digital que presumía todos los lujos, desde hoteles ostentosos hasta casas con piscina. Sin embargo, no todo es así, ya que fue descubierta por otro “influencer” y todo ese mundo de excentricidades, resultó ser una mentira.
El “JR, el periodista” encontró a Valentina Mor en una situación totalmente a la que ella muestra en sus historias.
De viajes, ropa nueva y lujos, Valentina Mor ha pasado a ser una vendedora de bocadillos en un semáforo, donde la propia Valentina comenta, cuando JR, el periodista se le acerca a entrevistarla que “…me siento muy triste, la situación está muy mal, tengo que salir todos los días a la calle a ganarme la vida.” Dejando en claro que su situación ha dado un giro de 180 grados.
Valentina comenta que el estado económico por el que está pasando la ha llevado incluso a dormir encima de cartones, igual hace referencia a las extremas horas laborales a las cuales se enfrenta diariamente para poder subsistir, teniendo que trabajar desde las 6 de la mañana hasta pasadas las 10 de la noche.