Una modelo de OnlyFans MUY tatuada y obsesiva con las modificaciones corporales ha descrito cuántas personas piensan que es un demonio por su apariencia, a pesar de su educación cristiana.
Por The Sun
Orylan, de 22 años, insiste en que vive una “vida bastante normal” y que tuvo una educación amorosa, a pesar de su apariencia extrema.
La modelo de cabello negro de Houston, Texas, quiere desafiar los prejuicios que la gente tiene sobre ella mientras se sincera sobre las modificaciones corporales extremas y los tatuajes.
Además de sus muchos entintados, incluso se ha hecho inyecciones permanentes en los globos oculares para teñirlos de negro.
Ha compartido más de 500 videos y fotos con sus entusiastas seguidores, quienes se suscriben por $10 (£7.39) al mes y también trabajan en clubes de striptease en los EE. UU.
Hablando en el canal de YouTube Soft White Underbelly , Orylan insistió en que tuvo una educación bastante típica y dijo que su obra de arte es completamente el resultado del amor propio.
También dijo que muchas personas la prejuzgan y asumen que tuvo una infancia traumática cuando ven sus tatuajes y modificaciones corporales.
“Crecí con toda mi familia”, dijo. “La mayoría de la gente me mira y cree que me abandonaron, que no tengo familia, que no me quieren ni nada.
“Toda mi familia ha estado en mi vida, abuela, papá, todos siguen vivos, gracias a Dios”.
Al explicar cómo tenía una “familia muy solidaria y amorosa”, continuó: “Crecí siendo realmente cristiana, así que creo en Dios. La gente no cree que lo haga, parezco un demonio para la mayoría de la gente”.
“Parezco un vampiro, un demonio o como sea que alguien quiera llamarme, pero crecí como cristiano”.
De hecho, confiesa, la modelo lleva una “vida bastante aburrida” y nunca ha tomado drogas duras ni se ha visto involucrada en un estilo de vida extremo.
Una foto de antes de que Orylan tuviera modificaciones corporales o tatuajes muestra hasta qué punto ha transformado su apariencia, mientras una adolescente rubia irreconocible sonríe desde su página de Instagram, donde publica regularmente fotos para sus casi 18 mil seguidores.
Todos sus cambios se produjeron en los últimos dos años, dice, luego de una “relación tóxica” con un exnovio abusivo.
“Él quería mi cabello corto y rubio, cortado así, no quería que tuviera ningún tatuaje”, dijo.
Ahora, sin embargo, se siente cómoda consigo misma y explica: “Comencé a amarme mucho después de hacer esto. No había amor propio antes, realmente me odiaba por la forma en que solía lucir”.
“Es puro amor propio, no hay destrucción en esto en absoluto. Hice esto porque me amo porque ahora es parte de mí”.
Y Orylan insiste en que aún no ha terminado de cambiar su apariencia.
“Seguiré haciéndome tatuajes, no he terminado”, dijo. “Cubriré todo mi cuerpo, ya terminé con mi cara, pero tengo muchas más por conseguir”.
Debajo del video de YouTube de su entrevista, que ya ha sido visto más de un tercio de un millón de veces desde que se subió el viernes, la gran mayoría de los comentarios fueron positivos.
“Como una mujer cuyo cuerpo entero está tatuado desde la garganta hasta los pies… la entiendo completamente cuando dijo que quiere verse como un monstruo por fuera, mientras que no es ella por dentro”, escribió un comentarista.
“Me endurecí por fuera debido a lo increíblemente suave que soy por dentro. Se convirtió en una especie de protección para mi corazón. Un corazón roto es el peor tipo de dolor”.
Un segundo escribió: “¡Guau! Honestamente puedo decir que estos videos me han ayudado a no juzgar un libro por la portada. Su alma realmente brilla y era completamente diferente de las nociones preconcebidas que tenía sobre ella”.
Mientras que un cuarto dijo: “La apariencia no lo es todo y la sociedad está realmente condicionada a que no le guste nada que no sea ‘normal’, lo cual es desgarrador.
“Tengo un montón de tatuajes, perforaciones, soy muy alta para ser mujer y la atención puede ser buena o mala, así que entiendo parte de lo que ella dice con certeza”.
El mes pasado, una tatuadora admitió que era adicta a la modificación corporal extrema y que se estaba pintando todo el cuerpo de negro.
Michela Bottin-Ackerman, de 32 años, se ha tatuado el 95 % de su cuerpo, con el 75 % cubierto de tinta negra.
Además de tener la piel ennegrecida, también tiene las llamadas escarificaciones (marcas permanentes hechas al cortar la piel) en la cara y el brazo, y tiene la lengua partida, las orejas puntiagudas y los ojos tatuados.
Al explicar sus decisiones de cambiar su cuerpo, dijo: “Era una chica normal y guapa, la forma en que llegó a ser así es porque quiero borrar esa belleza”.